A diferencia de los que mucho profetizaban, desde la declarada Muerte de Dios por Nietzsch, el ocaso y fin de la fe y las religiones, hoy en el mundo hay una proliferación de sectas y creencias religiosas. Desde el proceso de secularización desde el siglo XVI- desplazando el oscurantismo religioso de la Edad Media- que acababa con el fuero del cristianismo como única religión en las naciones europeas y el surgimiento de los estados laicos, se creyó que las religiones perderían su poder. Si bien fueron fuertemente castigadas desde el punto de vista político y económico, no fue así en lo cultural y en la afiliación de los fieles, ya que siempre la religión está intrínsecamente unida a procesos de formación de identidad individual y colectiva.
Al decir de Talavera (2009), la religión es un «modo de construcción social de la realidad», un sistema de referencia que le sirve al hombre para pensar y actuar en el universo donde vive. El hecho de que en el mundo actual las religiones renazcan y se renueven sin cesar, cohabitando armónicamente con la modernidad, es sin lugar a dudas porque responden a las necesidades individuales y colectivas: ideológico-política, moral, social, identitaria, existencial, material e, incluso, terapéutica, del hombre contemporáneo. Recordemos que tanto el pensamiento filosófico como científico son relativamente recientes en la historia de la humanidad, no así el mítico-religioso. De unos 200 mil años del homo sapiens y con el pensamiento mítico-religioso, el pensamiento filosófico cuenta con unos cinco mil años y el científico-en el sentido moderno- cinco siglos.
Se puede argumentar que los dos casos más notables de religión globalizada son el protestantismo evangélico –especialmente en su forma pentecostal– y el renaciente Islam. Hay 250 millones de pentecostales en el mundo hoy en día, y mas de 1.3 millones de islámicos, que convierten a esta en la religión con mayor numero de fieles. El importante crecimiento del protestantismo tiene entre sus causas ser menos atado a instituciones como el catolicismo, enfrentado al crecente islamismo, al renacer del socialismo, para estimular la ética capitalista, y frente al contexto de hecatombe mundial.
Con el surgimiento de la sociedad de consumo también se pensó que las religiones serian fuertemente afectadas, en efecto lo fueron, pero no se puede entender su afectación como muerte. Daniel Bell fue el primero en hablar del “retorno de lo sagrado” (Peter Berger.2012. http://es.scribd.com/doc/94070714/Globalizacion-y-Religion-Peter-Berger )
Peter Berger (2012) prefiere hablar de “la desprivatización de la religión”. Este último concepto le permite analizar por separado tres componentes distintos de la teoría tradicional de la secularización: la diferenciación y la emancipación de las esferas seculares de las instituciones y normas religiosas; la privatización de la religión; y el declive general de las creencias y prácticas religiosas.
Para el sacerdote Arboleda Mora (2008), en el contexto del individualismo exacerbado, existe una especie de “religiones a la carta”, según el gusto particular de cada quien. Se va encontrando un pluralismo de opciones religiosas que va desde el polo fundamentalista, hasta el polo de la completa desinstitucionalización del sentido en una religión «light», pasando por las más diversas formas neorreligiososas (Nueva Era, Satanismo, nuevos movimientos religiosos…). El pluralismo religioso constatado en la sociedad posmoderna puede deberse a diversas causas. Una de ellas es la crisis de la autoridad de la iglesia y de la familia. La pérdida de confianza en las fuentes tradicionales de autoridad. (p. 212).
El autor, en defensa del protagonismo cristiano, acusa al laicismo de estar llevando a este libertinaje religioso: “el fenómeno laicista que lleva la religión al ámbito de lo privado sin influencia social. Es un laicismo estatalista que, pretendiendo defender los derechos humanos, envía al ámbito de lo privado toda identidad cultural o religiosa. Esto está creando conflictos graves como la reivindicación de identidad especialmente a partir de grupos fundamentalistas que pueden llegar al fanatismo”. Pacheco Castillo (2011) critica a Dietrich Bonhoeffer, quien dijo, “estamos entrando en una edad sin religión”. Pero esto no es del todo cierto, pues la religión mas que nunca está en expansión. Mas que nunca la gente está deseosa de cualquier cosa que huela a religión. El gran reto es que no estamos preparados del todo para satisfacer a toda esa gente que tiene un inmenso deseo de lo religioso. Es claro, que la religión no ha desaparecido con la modernidad como algunos pronosticaban. Mas aún, estamos asistiendo a su revitalización, aunque no esto no significa que sea a través de la vía institucional, sino en nuevas formas antes insospechadas. Continuará…
#Opinión: Pensar – ¿Crisis de la religiosidad? (1/2) Autor: Pedro Rodríguez Rojas
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