Con la más brutal arremetida terminó un contingente de la Guardia Nacional Bolivariana la manifestación pacífica llevada a cabo la tarde de este lunes en Barquisimeto, contra decenas de hombres y mujeres seguidores de Henrique Capriles Radonski, a pocas horas de conocerse los resultados de las elecciones de este domingo.
Apostados adyacente a las oficinas del Consejo Nacional Electoral, al este de la ciudad, el grupo de personas hacían presión y exigían que el ente comicial a escala nacional realice el conteo de las actas, como lo solicitó su líder opositor, correspondientes a la elección presidencial del domingo 14 de abril, que según los resultados dieron ganador por estrecho margen en relación con su oponente a Nicolás Maduro, del Partido Socialista Unido de Venezuela, pero fueron reprimidos por los militares utilizando trajes de gladiadores, con escudo y casco incluidos.
Todo comenzó cerca de las 3:00 de la tarde cuando varias bombas lacrimógenas y disparos de perdigones accionados por los castrenses castigaron duramente a los manifestantes que sólo agitaban pancartas y gritaban consignas a favor de Capriles.
En el momento del ataque las personas estaban en la esquina de la avenida Morán con carrera 24 y obligados corrieron por la carrera 24 para escapar de los gases tóxicos, quedando dispersos.
Otro grupo protestaba en la avenida Venezuela con avenida Concordia y en la carrera 24 con avenida Concordia, ya que no pudieron llegar a las oficinas del Consejo Nacional Electoral de la capital larense como era su objetivo, porque varios piquetes de la Guardia Nacional fueron colocados alrededor de este ente y les impidieron llegar hasta el mismo producto de que usaron la fuerza y sus armas para desalojarlos del área.
Las primeras bombas lacrimógenas las lanzaron los militares hacia la carrera 24 con Morán cuando el periodista José Barrera, candidato a la Alcaldía de Palavecino, empezaba a expresarse ante la multitud después que Alfredo Ramos, diputado a la Asamblea Nacional por el estado Lara, se dirigió a los presentes montado en el cajón de una camioneta blanca, en la que también se encontraba el dirigente político Humberto Agudo, quien no pudo hablarle al público ante la difícil situación que los hizo retirarse del lugar a toda prisa para evitar salir lesionados.
Pese al despliegue de guardias nacionales, a la incorporación de unidades blindadas para lanzar bombas en ráfagas y armas para disparar perdigones los manifestantes no abandonaron la lucha tan fácilmente, sino que regresaban a los puntos de concentraciones con las pancartas y vociferando consignas, pero eran recibidos nuevamente con las armas castrenses y retrocedían, lucha que se prolongó hasta las ocho de la noche, convirtiendo el este de Barquisimeto en un escenario hostil que dejó sus calles y avenidas cerradas, el sector comercio se vio afectado porque los propietarios de los locales tuvieron que bajar las santamarías y los usuarios del transporte público se quedaron varados en las paradas ya que las busetas no pudieron circular por el este ante el problema.
En respuesta a las agresiones de los guardias nacionales algunos manifestantes intentaron defenderse con piedras. Durante esta lucha se conoció una cifra extraoficial de más de veinticinco heridos, entre ellos un estudiante de la UCLA a quien le impactó un perdigón en el ojo izquierdo que le habría afectado la retina y recibió atención en un clínica privada; la periodista Marla Prato, corresponsal en Lara de El Universal, con un perdigonazo en la mejilla izquierda; la ciudadana Reina Echeverría, docente de educación especial, con una herida en la mano derecha; la dama Zuleika Pérez Piñate, quien recibió disparos de perdigones en el pie derecho y Héctor Andrés Segura (reportero gráfico) también lesionado. Además, una fuente castrense aseguró que cuatro guardias nacionales resultaron heridos, uno de ellos, según, con arma de fuego y fue ingresado en el Hospital Militar de esta ciudad.
Asimismo, se supo de la detención de cuatro personas, aparentemente, vinculadas con la manifestación, sin que se haya dicho la causa de la privación de libertad, quienes fueron llevadas hasta el Destacamento 47.Los puntos de mayor conato se vivieron en la avenida Venezuela con Morán y en la Morán con carreras 23 y 24, en las que se escucharon fuertes y repetidos disparos.
Extraoficialmente se dijo de la llegada de supuestos motorizados oficialistas, al parecer, armados.
El grito de fraude encendió a Palavecino
Vecinos de Cabudare, Agua Viva y José Gregorio Bastidas exigieron con quema de cauchos y cacerolas, conteo de votos
Mientras el candidato Henrique Capriles se dirigía al país para ratificar la exigencia al CNE para que activara el reconteo de los votos de forma manual, los vecinos de El Trigal-El Paraíso se quedaban sin electricidad a consecuencia de un gran apagón, escenario que los impulsó a salir espontáneamente y tomar la intersección de la avenida El Placer con transversal 1, pero la situación fue imitada en Valle Hondo, intersección calle San Antonio con avenida El Placer.
En Las Mercedes, frente al Ambulatorio, prolongación de calle Simón Planas, frente a Tabure Villas, Los Bucares, en La Mora, urbanización El Placer Funrevi, Zanjón Colorado, La Piedad, avenida Terepaima en Agua Viva, gritaba la gente: ¡Fraude, fraude, fraude!
La avenida La Montañita hasta El Palmar, también fue tomada, en donde se quemaron ramas y palos para obstaculizar el tránsito vehicular, pero la gran manifestación, con más de cincuenta cauchos y toda clase de material de desecho, lo realizaron los vecinos de El Trigal, con una gran fogata que alcanzó los tres metros de altura, en donde la gente salió con sus cacerolas a exigir conteo de las boletas de votación y repudiar la proclamación de Nicolás Maduro como presidente de la República.
Entre las pancartas improvisadas por los manifestantes se leía: Exigimos la verdad; Nicolás eres un fraude. Yo no tengo presidente, pero también insistían la presencia de veedores internacionales ante la crisis generada por el anuncio del CNE y la proclamación de nuevo presidente, a quien acusan de ilegítimo.
Marchan pidiendo auditoría
Una gran concentración se efectuó frente al comando de campaña del candidato a la Alcaldía de Palavecino José Barreras, con la asistencia de personas de diferentes sectores del municipio, que con sus cacerolas reclamaron al CNE tomara en consideración el conteo de votos.
Con una gran Nandera Nacional, pendones de Capriles, pitos, matracas y gorras tricolores, marcharon por toda la avenida La Mata hasta la entrada a Cabudare, tomando la avenida Intercomunal en ambos sentidos.
Piquetes de la Guardia Nacional comenzaron a llegar a los diferentes focos de manifestación, lo cual enardeció más a los protestante que gritaban distintas consignas: “Fraude, Capriles presidente, Nicolás usurpador, CNE parcializado…”
“Nos atacaron por la espalda”
Decenas de heridos fueron ingresados a las emergencias de los diversos centros de salud de Barquisimeto. El panorama en la emergencia del Hospital Antonio María Pineda el panorama era desolador: Jóvenes, adultos y mujeres se veían ensangrentadas y con múltiples heridas de perdigones en el cuerpo.
Los lesionados eran trasladados desde las adyacencias al Consejo Nacional Electoral, donde simpatizantes del candidato Capriles Radonski exigieron ayer que se haga la auditoría de los resultados de las elecciones presidenciales voto por voto. Allí miles de simpatizantes protestaban cuando de pronto llegaron uniformados de la Guardia Nacional Bolivariana y comenzaron a registrarse conatos de violencia.
Sentado en una camilla estaba Felipe López, profesor de Matemáticas, quien presentaba una herida de perdigón en el brazo derecho. Estaba sin camisa mientras lo curaban.
Sólo vestía jeans y zapatos mocasines marrón. Su espalda estaba toda ensangrentada. Pausadamente contó que estaba en la avenida Venezuela con Morán, protestando cuando un guardia le disparó por la espalda. “Comenzamos a escuchar detonaciones y la gente empezó a correr para resguardarse, yo también corrí, pero caí al suelo, no entendía por qué me fui al suelo, pero luego me vi todo ensangrentado, me dispararon por la espalda. Me percaté de que los militares venían por mí y como pude corrí del lugar”.
Contó que en una casa ubicada en la Venezuela con 9, le limpiaron la sangre, lo montaron en una motocicleta y lo trasladaron a la emergencia del Antonio María Pineda.
Allí le curaron la herida y le hicieron una radiografía. Lo dejaron hospitalizado porque el estudio reveló que una esquirla se le alojó en el cuello. “El médico me dijo que es necesario que me dejen, que no le gusta lo que vio en la placa”, comentó con cara de tristeza”.
López comenta que no se arrepiente de haber ido a la concentración. “No me pesa nada, no voy a dejar de reclamar algo que es justo, pero la guardia en lugar de resguardarnos nos ataca por expresar el descontento. Aquí hubo fraude”.
Hace silencio tratando de controlar el llanto, su mirada se va el suelo y los ojos se le ponen vidriosos. “Lo más triste es que nos están quitando la unidad, ahora todo es confrontación, insultos y hasta agresiones físicas, el país no puede seguir así”.
Durante las elecciones del pasado domingo López estuvo como coordinador de centro electoral en colegio María Mazarello de San José, en la parroquia Unión. Dice que ese día funcionarios de la Guardia les allanaron el punto azul. “Ellos llegaron gritándonos y nos allanaron la casa que teníamos asignada para comer, nos dijeron que nosotros éramos conspiradores y tenían orden de la diputada Isabel Lameda de allanarnos. Nos ordenaron que abriéramos las maleteras de nuestros carros para revisarlas o de lo contrario los incautarían”.
“El 7 de octubre nadie reclamó porque las elecciones fueron legales, pero esta vez hubo muchas irregularidades, por eso quiero recuperarme rápido para salir nuevamente a protestar. Yo he trabajado en las 18 elecciones de este Gobierno y esta vez hubo trampa”.
En la camilla contigua a la de Felipe López, estaba Junior Navega, de 22 años de edad y estudiante de Agronomía en la Ucla. Vestía jeans y zapatos casuales, tenía heridas de perdigones en diferentes partes del cuerpo, pero al igual que Felipe López, una esquirla se le alojó en el cuello y debe estar hospitalizado por varias horas.
Recordó que un guardia le disparó repetidamente cuando cayó al suelo al intentar huir de la línea de fuego. “Caí al suelo y aún así me dispararon por la espalda. El Gobierno actúa así porque teme que se sepa la verdad; tenemos que seguir defendiendo el voto porque la juramentación de Maduro es ilegal”.
“No se trata de sacar a Nicolás Maduro del poder, sino de hacer el conteo y si ganó él, que gobierne, pero si ganó Capriles que le reconozcan el triunfo y vayan presos los rectores del CNE por mentirle al pueblo”.
En otro sector estaba Freiber Barragán Acevedo, comerciante de 22 años. Tenía lesiones causadas por perdigones en diferentes partes del cuerpo, una de ellas en el pómulo derecho. Dijo que estaba en la zona porque vive por allí y uno de los guardias le disparó sin motivo alguno. “Yo no estaba protestando; soy chavista, lo que más lamento es que el domingo voté por Maduro, estoy arrepentido. Están atacando a la juventud, hasta a los que votamos por ellos, no es justo”.
Pasadas las 6:00 de la tarde ingresaron a Luis José Pieruzzin, estudiante de Diseño en Iutirla, quien presentaba herida de esquirla en todo el cuerpo.
Comentó que él estaba negociando a distancia con los guardias, para evitar un enfrentamiento, pero lo atacaron. “Les dije que no fueran a disparar que estábamos manifestando pacíficamente, me arrodillé y les pedí que bajaran las armas, pero al verme expuesto me dispararon reiteradamente. Esta lucha debe seguir”.
Pieruzzin estaba acompañado por su cuñada Dayana Salazar quien denunció que en su centro de votación, en el Zanjón Barrera, no transmitieron los votos al CNE. “La presidenta del centro, que es chavista, dijo que una de las máquinas se dañó y no trasmitirían los votos hasta que no se arreglara esa máquina. Cuando lograron arreglarla, ya las autoridades del CNE habían anunciado los resultados. Esos votos no contaron y allí ganó Capriles”.
A Gerardo Bracho, estudiante de Educación Física lo ingresaron asfixiado tras inhalar gases lacrimógenos. “Dos guardias lo tumbaron al suelo y le echaron dos bombas lacrimógenas; están matando a nuestros jóvenes esto no puede ser”, gritó desesperada en la Emergencia María Marchán, vecina del joven.
Durante la manifestación también fueron lesionados tres reporteros gráficos. En otros centros médicos como la Santa Cruz y la Canabal, ingresaron a doce lesionados.
Noche de caravanas y marchas en la ciudad
Decenas de ciudadanos salieron a la calle de forma espontánea. No se conformaron con hacer sonar las cacerolas desde sus hogares. Decidieron recorrer las calles de las comunidades donde habitan, con sus pancartas en mano.
Algunos marcharon y otros hicieron caravanas. Quienes se encontraban a pie cerraron las vías de forma parcial y quemaron cauchos, además de basura en distintos puntos. Había concentraciones grandes en distintas calles y avenidas, en el oeste, el norte, el centro y el este.
Las vías más concurridas fueron las avenidas Florencio Jiménez, Libertador (a la altura de la plaza La Botella) y Simón Rodríguez, además de El Cardenalito del este. En la Venezuela también se observaron algunos focos de pequeños incendios en las islas.
Los ciudadanos del oeste decidieron caminar o trasladarse en vehículo hacia la sede del Comando Regional Número 4 (CORE 4), en la Florencio Jiménez, a varios metros del sector El Tamarindo. Allí comenzaron a concentrarse alrededor de las 9:30 de la noche, transcurridos unos 20 minutos había unas 500 personas unidas por un mismo sentimiento.
A las 9:55 inició la represión de los funcionarios quienes, escondidos detrás de las rejas de la entrada principal, lanzaron múltiples perdigones y bombas lacrimógenas. La multitud corrió para resguardarse y algunos comenzaron a defenderse con piedras. Se registraron unas cuatro rondas de perdigones y bombas, mientras el equipo de este rotativo estuvo presente en el lugar.
Una tanqueta, con la sirena encendida, recorrió la zona en varias ocasiones.
Muchos de los que se encontraban en el sitio expresaron su descontento. Decían “menos mal que la guardia defiende al pueblo”.
Antes de la represión, la manifestación era pacífica, las voces y las cacerolas eran las armas de los presentes.
Un grupo de funcionarios de la Guardia se apostó en la avenida Libertador, a la altura de La Botella, pero no ejecutó ninguna acción. Según reportes, unos 300 vecinos de El Jebe también se concentraron y marcharon en varios puntos de la comunidad.
Dos heridos
Al Seguro Social Juan Daza Pereira, de la calle 50, fueron trasladados dos jóvenes heridos de balas por presuntos motorizados, mientras tocaban cacerolas en la carrera 14 con calle 48.