Al final de la tarde del pasado sábado, un joven trabajador pasó a engrosar las estadísticas de personas que pierden la vida por accidentes motorizados en la capital larense. A las afueras de la morgue del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda, se encontraban ayer su padre y otros familiares, quienes esperaban visiblemente afectados por la entrega del cuerpo de la víctima del siniestro vial, aunque prefirieron no ser identificados. Sin embargo, relataron que Jesús Eduardo Suárez Cordero (18), había salido de su lugar de trabajo en una motocicleta y que aproximadamente a las 6:00 de la tarde, mientras transitaba por el sector El Cementerio en Barquisimeto, colisionó de frente con otro vehículo que circulaba en dirección contraria.
Se pudo conocer que a consecuencia del fuerte impacto, el muchacho sufrió serias lesiones en sus miembros inferiores, aunque aún permanecía consciente al momento de ser hallado por su padre, quien llegó al sitio del hecho tras ser notificado telefónicamente sobre el accidente y pidió asistencia de inmediato. El progenitor del desafortunado joven relató que poco después de las 7:00 de la noche, su hijo fue trasladado en una ambulancia a la sala de emergencia del Hcamp, a la cual ingresó con signos vitales y hablando. “Cuando llegamos al hospital, me decía que lo operarían pronto, que estaba seguro que se recuperaría y que le darían de alta”, comentó su padre, aún consternado por la terrible pérdida.
Lamentablemente, el muchacho sucumbió a la gravedad de los traumatismos en sus piernas, a las 4:00 de la madrugada. No dejó pareja, ni hijos. Jesús era el segundo de cinco hermanos y aún cursaba quinto año de bachillerato en el liceo Río Claro. Asimismo, desde hacía algún tiempo, se desempeñaba como empleado en un autolavado. Precisamente, la motocicleta que conducía al momento del accidente, pertenece a uno de los dueños del establecimiento donde laboraba.
