Presentación: Estas oraciones no tienen licencia eclesiástica. Son una creación del articulista con el objetivo de compartir su fe en Dios con los lectores
Oración ciudadano
Señor. Tú que prometiste paz a todos los seres humanos que invoquen tu santo nombre, ten piedad del pueblo venezolano, personas buenas y sencillas quienes durante muchos años andan en peregrinación buscando un lugar espiritual para el sosiego y el compartir como hermanos.
Oh Dios mío. Tú que arrojaste demonios y sanaste cientos de enfermedades en tu paso por la tierra, haznos el milagro de ablandar los corazones endurecidos de quienes han convertido nuestro país en territorio de confrontaciones y odios. Derrama tus bendiciones sobre nosotros y danos luz de amor para vencer contra las vicisitudes y obstáculos.
En este día Dios mío y Señor mío, danos la fuerza para emprender el camino de la superación de todas nuestras dificultades. Te lo pedimos con humildad de siervos. Compadécete de este pueblo que no adora falsos ídolos y sigue tus enseñanzas como ayer y para siempre.
Oracion de la madre
Dios todopoderoso. Tú que creaste el día para el trabajo y la noche para el descanso. Tú que en tu infinita misericordia resguardaste la huida de David ante el acoso de sus enemigos y le hiciste exclamar El Señor es mi Pastor Nada me falta. Ante ti acudo en mi aflicción de todos los días para que cubras con tu sangre sagrada a mi hijo que no ha regresado a casa. Te pido de rodillas y en la soledad de mi corazón que lo hagas invisible frente a los delincuentes que azotan las calles de Venezuela. Señor eterno que eres inmensidad del Cosmos y también lágrima dolorosa en los millones de creyentes que ante ti acudimos en la hora menguada del miedo, obra el milagro que los venezolanos podamos ver un amanecer sin odios y persecuciones. Como madre te ruego guíes los pasos de mi hijo para que regrese sano y salvo hasta nuestro hogar. Igual que escuchaste los ruegos de Tobías y le enviaste al Arcángel Rafael para su protección, ahora yo entre la angustia de mi espera, te solicito con el alma postrada ante tu grandeza que mires hacia nosotros y nos hagas justicia.
Oración del estudiante
Señor mío, de tus manos el pan para el cuerpo y la sabiduría para hacernos entender al mundo. Con tu luz nos hiciste inteligentes para aprender y con tu ejemplo como Jesús Dios y Hombre nos abriste el camino para encontrarnos con nuestros hermanos en pobreza. Queremos cumplir tus mandamientos de amor hacia nuestros semejantes, queremos luchar por una Venezuela donde la bondad del corazón triunfe sobre las mezquindades de los modernos fariseos que proclaman amor y humildad pero viven como ricos derrochadores. Bajo tu protección colocamos nuestras vidas y nuestro destino, Te rogamos nos acompañes en el duro camino de la transformación, para hacer verdad la sabiduría de los Evangelios, para convertir en frutos de solidaridad social los títulos académicos a los cuales aspiramos, Señor tu eres grande, sabio, omnisciente y con tu vara castigas al pecador y das recompensa al justo. Ven a nosotros y como te lo pedía San Pio de Pietralcina…Quédate Señor conmigo, con todos y cada uno de los estudiantes que tenemos puesta la fe en conquistar una Venezuela de tolerancia y fraternidad. Te lo pedimos Señor.
Somos tu ejército
Señor Dios todopoderoso, creador del universo y de la vida que contiene. Conocedores de tu gracia y de la paz que enseñaste con tu palabra y con tu ejemplo, los católicos de Venezuela queremos postrarnos a tus pies para decirte que somos tu ejército de almas libres que solamente reconocen a Jesús como hijo tuyo y por ello rechazamos a los falsos ídolos. Sabemos que nos enviaste al Papa Francisco para que como latinoamericano amante de la Democracia y la Libertad interceda por nosotros con sus palabras y su ejemplo de humildad. Somos tu ejercito señor, no tenemos armas y rechazamos toda violencia que nos distancie de nuestros hermanos venezolanos. Somos un pueblo pacífico, trabajador y creyente de los Evangelios. Te pedimos Oh Dios, milagroso y salvífico, que nos des fuerzas para persistir en el camino de redención. Sabemos que hemos pecado y por ello hemos sufrido, ahora apiádate de nosotros y coloca tu vista sobre nuestro desamparo y que tu justicia se cumpla en nosotros. Somos tu ejercito, guíanos y nunca permitas que nos rindamos en el empeño de luchar a favor del bien y contra el mal. Amén.