Seis meses después de su primer intento por llegar a la presidencia de Venezuela, el candidato opositor Henrique Capriles tiene una nueva oportunidad para poner fin a los 14 años de socialismo recorridos por el fallecido Hugo Chávez.
Más experimentado y punzante que en el pasado, el joven gobernador del estado Miranda se zambulló en una fugaz, pero intensa campaña de 10 días que lo llevó por toda la nación petrolera renovando sus promesas de «seguridad, bienestar y reconciliación», tras años de alta polarización política.
«Si alguien se queda atrás en este autobús que yo conduzco, yo me paro y lo recojo», dijo Capriles en una línea que ha repetido varias veces intentando convencer a los indecisos o «chavistas light» para que se sumen a su misión.
«Mi primer decreto como Presidente de la República será la unión de todos los venezolanos», agregó durante un mitin en la costa oriental del país ante la algarabía de miles de seguidores que pugnaban por una foto, una sonrisa o un gesto de «el flaco».
El mensaje de paz hacia los venezolanos, sin embargo, fue mezclado con ácidas palabras para su contrincante y heredero político de Chávez -el presidente encargado Nicolás Maduro- a quien en todo momento buscó despegar de la figura del desaparecido líder socialista, imbatible en las urnas.
A pesar de que ha venido remontando en las últimas encuestas, el político de 40 años sigue aún por debajo de Maduro quien, amparado en la infraestructura estatal, ha llevado a cabo una apoteósica campaña.
¿PROGRESISTA O BURGUESITO?
De ganar el domingo, Capriles le ha ofrecido a los 29 millones de habitantes de Venezuela desmontar gradualmente la fuerte presencia del Estado en la economía e implementar, de a poco, un modelo de libre mercado teniendo como norte la experiencia de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil.
Sin embargo, el ex presidente brasileño, que en apenas ocho años arrancó de la pobreza a 20 millones de personas, respaldó públicamente la candidatura de Maduro, una jugada que dejó mal parado al opositor. «Maduro presidente, es la Venezuela que Chávez soñó», dijo Lula en un vídeo que circuló en el país.
Capriles ha sido machacado por el oficialismo como un «burguesito que nunca trabajó» gracias a la riqueza de su familia que posee cines, medios de comunicación e inmobiliarias.
El opositor ha procurado desmarcarse de esa imagen, se describe como «progresista» y se muestra como un político cercano a la gente, que se mueve en motocicleta, juega básquet y atiende personalmente los problemas del estado que gobierna.
METEORICA CARRERA POLITICA
Capriles suele recordar en los discursos a sus abuelos maternos, que llegaron de Polonia huyendo del horror nazi durante la Segunda Guerra Mundial con apenas una maleta de ropa.
Tras recibirse de abogado y cursar estudios superiores en Estados Unid, Holanda e Italia, Capriles debutó en la política a los 26 años como diputado del entonces congreso bicameral.
Pero poco duraría en el cargo porque Chávez -que asumió en 1999- lanzó una Asamblea Constituyente que cerró el Congreso y dio paso a una Asamblea unicameral.
Tras su breve paso por el poder legislativo, fundó junto con otros políticos el partido de centro Primero Justicia, con el que salió elegido alcalde del municipio capitalino de Baruta, donde gobernó por dos períodos hasta el 2008.
Durante su gestión como alcalde estuvo preso por cuatro meses acusado de incitar a la violencia en un confuso incidente en la embajada de Cuba, durante un breve golpe de Estado contra Chávez en el 2002.
Desde fines del 2008 y tras derrotar a Diosdado Cabello, ex vicepresidente de Chávez, Capriles asumió el mando en la Gobernación de Miranda, el segundo estado más poblado del país petrolero.
Allí se hizo conocido y su buena gestión retumbó en todo el electorado opositor, que lo escogió en febrero del año pasado como candidato de la coalición de unos 30 partidos que enfrentó a Hugo Chávez en las presidenciales de octubre.
A pesar de haber obtenido la mejorcifra opositora en toda la era Chávez con 6,5 millones de votos, Capriles fue derrotado por 11 puntos en esos comicios.
Tras haber ganado en diciembre la reelección en Miranda -derrotando a Elías Jaua, otro ex vicepresidente de Chávez- Capriles quiere poner fin al ciclo socialista al enfrentar a Maduro, quien también ocupó ese cargo.
«Ya llevo dos vicepresidentes raspados (derrotados), la tercera es la vencida», asegura Capriles.