#Opinión: Culto a la personalidad Por: Saúl E. Aguilar V.

En los albores de la civilización, ante algún fenómeno natural que causase asombro o miedo, nuestros ancestros les asignaban una connotación mística o sencillamente sobrenatural.
Según las crónicas, seres supra-terrenales antropomorfos en la mayoría de los casos, en algunas oportunidades bajaban a la Tierra a organizar, intervenir o decidir casi en la totalidad de los acontecimientos naturales y las acciones humanas. Dioses, ángeles, demonios, gnomos, duendes conformaban la legión de la corte celestial. Con el correr del tiempo, le fueron endosados esos poderes sobrehumanos a los monarcas, faraones y demás soberanos, eran considerados seres casi divinos, mesiánicos escogidos para gobernar a dichas civilizaciones, en virtud de lo cual el Estado, la sociedad, la política, en definitiva, todas las instituciones comenzaron a gravitar entorno a ellos entorno a la religión estructurada e impuesta a la población. Se conformó entonces por siglos una simbiosis entre poder y religión. Egipto, Mesopotamia, Roma, Grecia y demás regiones en el denominado mundo antiguo fueron testigos de la teocracia.
Uno de los primeros pensadores en utilizar la expresión Religión Política, fue el judío de Praga Franz Werfel en 1930. Michael Burleigh en su trabajo; Poder Terrenal Religión y política en Europa, en él: “Describió el comunismo y el nazismo como sustitutos de la religión y como formas de fe que son sustitutos de antirreligiosos de la religión y no simplemente ideales políticos”.
No hay una definición concreta de Religión Política, considero que una aproximación pudiese ser considerarla como un sistema de creencias sobre la autoridad, la historia, la sociedad, que pretende tener un valor de verdad, incompatible con otras visiones incluyendo la tradición religiosa misma existente. La fusión política-religiosa pretende darle un uso político a la religión para legitimar la autoridad y la obtención de apoyo a un régimen. Este sistema de creencias se apoya en la sacralización de la política buscando convertir en absoluto dentro de ella, entidades como patria, raza, revolución, soberanía, proletariado, entre otras.
Para ello se requiere la obediencia ciega de la gente que las debe interiorizar como el significado de la vida, por las cuales si se requiere habría que estar dispuestos a dar la propia, ejemplo de esa adhesión es el viejo slogan: “Socialismo, Patria o Muerte”.
En esta circunstancia, los seguidores sacralizados, si es el caso, deben estar a la expectativa  de una inminente de guerra. Cabría en consecuencia, ubicar en estas consideraciones, las acciones terroristas de los fundamentalistas islámicos, quienes amén de sus convicciones religiosas, válidas para ellos y en su contexto, reafirman las decisiones políticas de sus respectivos gobiernos.
En el caso venezolano en particular, se dijo que el Presidente Chávez intervino en la elección del Papa Francisco; se han elaborado rosarios de cuentas rojas con la imagen del Presidente fallecido, imágenes de Chávez se encuentran a la venta y quizás lleguen a estar presentes en los altares conjuntamente con la de MariaLionza, José Gregorio, Negro Felipe y Guaicaipuro, por otro lado ha sido proclamado el Cristo de los pobres y como colofón se recomienda que cuando se tenga algún problema hay que pedirle al Comandante para que nos ayude a solucionarlo
La diferencia fundamental entre Teocracia y Religión Política radica en que en la primera el poder es reclamado en nombre de un dios y no el producto de un proceso político en el cual la conquista del mismo, es acometida por líderes políticos. Esto ha  ocurrido porque han podido contar con los recursos del Estado en el que el régimen devenido en totalitario no escatima en utilizar toda clase de armas hasta las coercitivas. Se patentiza en consecuencia la existencia de un ser mesiánico encargado de orquestar el sistema político. En esta fusión política religiosa, existen también otras acciones del dogma, ente ellas: el culto a la personalidad del líder o sumo sacerdote y la otra la defensa a ultranza de lo que aquél hace o piensa. Algunos especimenes mesiánicos fueron en el pasado reciente Adolfo Hitler, Benito Moussolini, Jose Stalin y en el presente todavía pisoteando a sus pueblos los dictadores: Kim Jongil (Korea del Norte), Teodoro Obiang (Guinea Ecuatorial), Robert Mugabe (Zimbawe), Pervez Musharraf (Pakistan), Muamar al-Qaddafi (Libia), Omar al-bashin (Sudán).

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