La oposición instó este viernes al gobierno a que deje reflexionar «en tranquilidad» a los electores antes de las presidenciales del próximo domingo, al rechazar nuevamente que planee desestabilizar el país, como afirma el chavismo.
«Empieza a haber este tipo de nuevas noticias precisamente en este lapso, cuando ya no hay campaña electoral. La seriedad de todo esto es muy dudosa y nosotros invitamos a que presenten pruebas (…) y que se deje en tranquilidad a los ciudadanos hacer su reflexión y tomar su decisión», declaró en una rueda de prensa el coordinador nacional de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Ramón Guillermo Aveledo.
«Ojalá nos dé tranquilidad el gobierno estos días», agregó Aveledo, quien dijo que son «completamente falsas» todas las acusaciones lanzadas por el chavismo.
En las últimas semanas, el gobierno ha denunciado todo tipo de planes de asesinato, sabotajes eléctricos y de desconocimiento de los resultados de las elecciones por parte de la oposición.
El jueves, en el cierre de campaña que abre el período de reflexión hasta las elecciones del domingo para elegir al sucesor del fallecido Hugo Chávez, el candidato chavista Nicolás Maduro dijo que el gobierno está «desmontando un plan de violencia de la derecha», al anunciar la detención en el país de un grupo de paramilitares colombianos que presuntamente querían «asesinar».
El sábado pasado, el también presidente interino denunció que los exembajadores estadounidenses Roger Noriega y Otto Reich junto a la «derecha salvadoreña» están detrás de una conspiración para asesinarlo y sabotear la red eléctrica del país, antes de las elecciones.
Semanas antes Maduro anunció que el gobierno había desarticulado un plan, urdido también por estos dos exembajadores, para asesinar el candidato opositor, Henrique Capriles, y sembrar el caos en el país.
«Si tuvieran el más mínimo indicio, ¿no creen que lo mostrarían?», se preguntó Aveledo, que aseguró que con estas informaciones el gobierno busca «meter miedo, galvanizar a los suyos, dar una dosis de ánimo a su propia gente, intimidar, alejar de las mesas de votación a la gente».