Desde tempranas horas de este jueves, familiares de los privados de libertad que se encuentran en los calabozos de la Comisaría del estado Lara en Palavecino, con pancartas en mano protestaron para exigir respeto a los derechos humanos y acelerar el proceso penal.
“Están en condiciones infrahumanas. Son dos calabozos pequeños donde tienen a 40 personas, no tienen baño, el olor de orine es muy fuerte y para dormir tienen que hacerlo en el piso porque a pesar que le llevamos colchonetas, no se las pasan. También los funcionarios los golpean y hasta le meten corriente”, comentó una de las madres de los internos, quien no quiso identificarse por miedo a futuras represalias.
También denunciaron que muchos de los que ahí se encuentran están enfermos de escabiosis (sarna) y hepatitis, mientras que otros son diabéticos “y no le pasan la insulina” aseguró otro de los familiares agraviados.
Los 40 privados de libertad están procesados pero ninguno penado, por lo cual además hicieron un llamado a los tribunales competentes a acelerar el proceso penal para que de una vez por todas, definan su situación. Algunos quisieran ser trasladados mientras otros prefieren estar ahí porque a pesar de las condiciones en las cuales se encuentran, a los padres, hermanos y demás consanguíneos se les haría más difícil visitarlos.
“Las visitas son muy cortas, en la mañana y en la tarde son de 30 minutos para llevarles la comida, mientras que en las tardes la amplían a una hora”, aprovecharon la oportunidad para mostrar su desacuerdo en cuanto a la visita de los hijos de los internos, ya que según ellos, se hace en los mismos calabozos y eso no debería ser permitido.
Queremos solución
Solución y justicia era lo que pedían en sus cánticos, “sea de Henri (Falcón) o del PSUV. Ese es mi hijo, no de ellos, por eso no les duele”, decía una de las madres en medio de la impotencia que sentía al recordar las precarias condiciones en las cuales se encuentran.
Mi hijo agarró vicios en la Comisaría
“Mi hijo no fumaba cigarros y aprendió ahí adentro me dice que lo hace para matar el hambre, porque a veces no tengo cómo traerle comida”, confesó entre lágrimas la madre de Walter Silva, quien afirmó tener pocos recursos económicos y a pesar de no trabajar por estar recién operada, hace un gran esfuerzo por visitar a su único hijo y llevarle el pan de cada día, aunque en oportunidades ha faltado a la cita hasta tres días continuos.
Recordó que hace una semana, no tenía dinero para el pasaje de regreso a su casa, en la avenida Florencio Jiménez. “Una señora me regaló ocho bolívares y con eso llegué a mi casa. A veces me dan la cola”.
El joven de 19 años que los cumplió en el centro policial, quien sufre de escabiosis y tiene platinos en la cabeza, lo encerraron por robo de vehículos, pero hasta ahora no lo han condenado y tampoco le aceleran el proceso para saber si quedará libre. “Mi hijo y yo estamos mal. Porque ni siquiera le dan la boleta para llevarlo a hacerle un encefalograma que exigió el médico. Por eso les imploro le aperturen el juicio cuanto antes”.