La urbanización Fundalara es conocida por los barquisimetanos por su acogedor espacio. Sus negocios han transformado la zona, de ambiente familiar y hogareño, a un área con diferentes comercios.
Su famosa venta de empanadas, dulces, pizzas, comida típica mexicana y sitios nocturnos, le han ofrecido a los barquisimetanos un área donde disfrutar en sus tiempos libres.
Sin embargo, su resplandor se ha opacado en los últimos meses, por los continuos apagones que se producen en el sector.
Comerciantes, amas de casa, jóvenes y estudiantes, han sido afectados porque la luz los castiga, un día sí, otro no, pero sin tener la certeza de cambios en la programación.
Para Marcos Bello, su negocio de desayunos se ha visto totalmente afectado, puesto que los apagones quemaron el motor de la nevera, los materiales para hacer las comidas se han dañado, y además su salud se ha visto vulnerada. “La máquina que necesito para respirar no puede usarse si no hay electricidad. He tenido que comprar bombonas de oxígeno para prevenir cualquier situación”.
El afectado sostiene que a veces pasan hasta dos horas y la luz no llega, asimismo manifiesta su descontento porque nadie se ha hecho responsable por los daños causados.
“Quienes viven aquí, han estado en la zona por más de 40 años, son personas mayores que también se han visto vulnerados por el fallo del sistema eléctrico” explicó Bello.
En el establecimiento vecino a los desayunos, se rehúsan a dar declaraciones, sin embargo, Alberth Reyes trabajador del local ve la necesidad de expresar su descontento. “Hemos sido muy afectados porque no se puede trabajar el horario completo. A las seis de la tarde hay que cerrar porque la oscuridad nos hace vulnerables al hampa de la zona”.
Al igual que muchos trabajadores, en el negocio donde labora Reyes, también se dañó la nevera, lo cual ha originado cambios en el presupuesto.
Los apagones no sólo representan una molestia para la comunidad, también influye en la economía puesto que las ventas bajan, los electrodomésticos se dañan y ningún organismo gubernamental se hace responsable.
Foto: Jairo Nieto