Brújula internacional
En alguna oportunidad García Márquez señalaba que la Carrera de las armas va en el sentido contrario de la inteligencia, y se preguntaba si la tierra no sería el infierno de otros planetas o una aldea sin memoria, donde el proceso multimilenario de la vida pueda regresar a la nada por el arte simple de oprimir un botón de las armas nucleares.
Lo que está ocurriendo en Corea del Norte es la peor crisis nuclear de todos los tiempos, porque podría originar la Primera Guerra Atómica en la historia de la humanidad, de la amenaza de guerra decretada por Pyongyang se puede pasar a la declaración con un ataque contra Corea del Sur, Japón y los Estados Unidos.
La respuesta seria inmediata, con armas nucleares y la destrucción total de ese país. Corea del Norte en 1950 genero la Primera Guerra con armas convencionales, cuando apoyada por la UniónSoviética y la China Comunista atravesó el paralelo. Con la respuesta de la ONU, y la participación determinante de los Estados Unidos y sus aliados, dirigidos por el general MacArthur, se determinó su independencia y su seguridad. El paralelo 38 se instituyo como frontera entre los dos países. Seúl siempre ha tenido la garantía para su defensa por Estados Unidos y Occidente. Hasta la caída del Muro de Berlín, Rusia y China soportaron a Pyongyang. Prestaron apoyo para su programa nuclear. Hoy con la democracia Rusa y los cambios económicos y políticos en China, Corea del Norte perdió todo apoyo de estos antiguos aliados.
El joven nuevo dirigente Kim Il Un, hijo de Kim Jong Il, y nieto de Líder único y eterno Kim Il Sung, sorprendió al mundo con la tentación nuclear. Efectivamente su país tiene el binomio del arma nuclear con la parte explosiva, y el misil que es el transporte de esa ojiva o bomba atómica. Solo falta apretar el botón y producir el triste efecto de la bomba en su expresión apocalíptica, con el efecto mecánico, calórico y radiactivo.
Esta guerra termonuclear seria sería un conflicto regional extendido a todo el planeta y la nube radiactiva llegaría a nuestras fronteras.
La ONU ha sido incapaz de frenar los desarrollos nucleares militares. El Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) ha sido ineficaz. Desde 1956, la Agencia Internacional de Energía Atómica ha propiciado el uso pacífico del átomo, pero no ha podido evitar su utilización militar. Son los estados los que han llegado al control del arma nuclear, y son los que pueden declarar la guerra, pero grupos y mafias, pueden tener recursos para el terrorismo atómico.
Afortunadamente en América Latina, tanto Brasil como Argentina, con importantes desarrollos nucleares renunciaron a toda actividad militar atómica, son signatarios del TNP y activos miembros del Organismo de la Desnuclearización en América Latina (OPANAL), Venezuela y todos los países de UNASUR forman parte de este Tratado firmado en la Cancillería Mexicana (Tratado de Tlatelolco).
El drama de Corea del Norte, es que al margen de su guerra, el tener la bomba atómica, impulsa en razón del equilibrio estratégico, a que otros países amenazados puedan obtenerla como es el caso de Corea del Sur y Japón. El extremo oriente puede ser afectado por esta proliferación atómica. De continuar los desarrollos nucleares y militares y de producirse otras guerras termonucleares, podría ocurrir lo que señalaba en México en un aniversario de Hiroshima el 6 de agosto de 1986 GarcíaMárquez en su trabajo El Cataclismo de Damocles“Un minuto después de la última explosión, más de la mitad de los seres humanos habrá muerto, el polvo y el humo de los continentes en llamas derrotaran a la luz solar, y las tinieblas absolutas volverán a reinar en el mundo. Un invierno de lluvias anaranjadas y huracanes helados invertirá el tiempo de los océanos y volteara el curso de los ríos, cuyos peces habrán muerto de sed en las aguas ardientes, y cuyos pájaros no encontraran el cielo. Las nieves perpetuas cubrirán el Desierto de Sahara, la vasta Amazonia desaparecerá de la faz del planeta destruida por el granizo, y la era del rock y de los corazones trasplantados estará de regreso a su infancia glacial. Los pocos seres humanos que sobrevivían al espanto, y los que hubieran tenido el privilegio de un refugio seguro a las tres de la tarde del lunes aciago de la catástrofe magna, solo habrán salvado la vida para morir después por el horror de sus recuerdos. La creación habrá terminado. En el caos final de la humedad y las noches eternas, el único vestigio de lo que fue la vida serán las cucarachas”.
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