#Opinión: Incontenible emoción Por: Joel Rodriguez Ramos

El emotivo acto de Capriles con los artistas el sábado en la mañana, los actos de la semana pasada en Coro, San Cristóbal, Maracay, Puerto Ordaz, Barinas, Barcelona, Maturín, Porlamar y el espectacular acto de Caracas el domingo pasado, nunca visto en la historia política venezolana, han producido una incontenible emoción en todos los venezolanos que anhelamos un cambio profundo en la conducción política de la nación.
Esta vez sí parece que ganaremos.
Si a lo señalado agregamos la suma constante, permanente de miles y miles de jóvenes estudiantes y trabajadores que quieren un futuro digno, cierto y promisor para ellos y sus futuras familias, podemos concluir que la campaña de Henrique CaprilesRadonsky, que arrancó con una muy pequeña posibilidad de éxito, ha venido convirtiéndose en una espectacular campaña, fenómeno político excepcional,  que vislumbra un gran triunfo el próximo domingo 14 de abril. Corro de nuevo el riesgo de las risas y burlas a las que me sometieron muchas personas, incluso muy serias, el pasado mes de octubre cuando también me pareció que Capriles ganaría. Y a lo mejor ganó.
A la vez advierto que el triunfalismo es dañino y la decepción y depresión es muy grande después si la victoria no se concreta. Por eso recomiendo sindéresis y serenidad, la mente muy fría y racional. El día 14 será un día muy difícil. Lo que sí creo irrefutable es que esta vez la posibilidad de triunfo es más clara, el régimen está seriamente preocupado y está haciendo cualquier cosa para evitar el triunfo de Capriles, incluso inventando mentiras, infamias de todo calibre, calumnias, etc. Estemos prevenidos.
Capriles ha planteado un cambio en Venezuela para abrir la economía al desarrollo de todos los venezolanos, para estimular la inversión pública y privada, nacional e internacional, reglas claras para todos esos inversionistas que deben venir a crear riquezas y fuentes de trabajo,  ha prometido terminar con las expropiaciones inconstitucionales e ilegales, ha planteado la educación como prioridad de su gestión de gobierno, el estímulo a la libertad en todos los órdenes, especialmente en el político, en la comunicación e información, el respeto absoluto a la división de los poderes públicos, una lucha frontal contra la delincuencia,igual contra la corrupción, nada de regalos para países extranjeros y la inclusión de todos los venezolanos en el desarrollo económico nacional.
Capriles sabe lo que quiere y conoce lo que Venezuela necesita. El desea ser presidente de todos los venezolanos y no de una parcialidad. Ha sostenido que las FANB deben volver a su misión de resguardo de la soberanía nacional y la defensa del país.
En esta oportunidad, después de catorce años, el candidato del oficialismo no es Chávez, quien a pesar de su lenguaje impertinente y soez, tenía unas extraordinarias facultades comunicacionales de las cuales carece en forma absoluta el señor Maduro.
Maduro no es un líder, Maduro es la improvisación, sacado a la palestra pública quizás  por razones de conflictos internos en el partido de gobierno y por su fidelidad al régimen cubano, muy interesado en  mantener en Venezuela  un gobierno de su confianza para usufructuar los recursos de todos los venezolanos. Ha llegado la hora de instaurar en la República un gobierno decente, abierto a todos los venezolanos, incluso a quienes lo adversen, de gente joven y preparada, respetuoso de todas las libertades públicas y Capriles representa ese cambio impostergable.
Acudamos a votar este domingo, no le fallemos a Venezuela, hagámoslo con confianza en el destino superior de nuestra Patria, volvamos a los centros de votación en la tarde, a la hora de los escrutinios y defendamos nuestros votos. Esta incontenible emoción que nos embarga y contagia, es el preludio de una nueva y hermosa etapa en la historia de Venezuela.