De su análisis de la actuación del chavismo y la oposición en la actual campaña electoral, la más inusual en la historia del país con apenas diez días de duración, la psicóloga Cecira Briceño, docente universitaria y expresidenta del Colegio de Psicólogos del estado Lara, considera que la oposición ha logrado moverse de un escenario dominado por la emoción del miedo en el electorado hacia otro completamente distinto como la alegría de participar en el venidero proceso.
A juicio de la especialista, actualmente los electores reflexionan más sobre la valía de participar en los comicios presidenciales. Una condición que puede estar determinada por los llamados tempranos de la unidad democrática al Consejo Nacional Electoral, para que los comicios se realicen de la forma más transparente posible.
“Al inmediatamente la oposición cumplir todos los mandatos, el electorado opositor considera que realmente sí vale la pena salir a votar. A ello se unen las informaciones sobre encuestas dónde gana su opción, y eso llena de alegría y esperanza, que es lo que lleva a la gente a tener perspectivas de futuro. La esperanza es movilizadora”, expone.
En cuanto al trabajo del chavismo, Briceño critica el uso del fallecido presidente Hugo Chávez para protagonizar el trabajo de campaña, en actividades como el canto del himno nacional en los actos proselitistas para el ejercicio de un rol protagónico del proceso. De hecho, considera que “el muerto habla más que el (candidato) vivo, tiene incluso más fuerza psicológica”.
Este uso de la figura del desaparecido mandatario, asegura Briceño, puede materializarse en el disgusto de sectores del chavismo duro por el uso incorrecto de la imagen de un fallecido, al extremo de que al haber recientemente cumplido el primer mes de su muerte, en lugar de habérsele realizado misas (como es costumbre en la religión católica) y mostrarse aún en duelo, se ha demostrado todo lo contrario.
“Es imposible que el seguidor del chavismo pueda acudir a un mitin en donde no se nombre a Chávez, es imposible que Maduro pueda sostenerse sin mencionar a su sucesor, porque para él es su muleta, y lo más asombroso es que no logra zafarse de ella. Cuando medio logra decir algo de manera espontánea expone solamente disparates”, apuntó.
Una participación minoritaria por parte del presidente encargado en la campaña por su elección, amenaza con disminuir su proyección en los sectores chavistas donde se reconoce al liderazgo como una condición innata en el individuo, que puede mejorar, moldear y modificar.
Pero que en el caso de Maduro, la psicóloga lo compara con pedirle a una persona comportarse de una manera distinta para lo cual no está preparada.
Participación mayoritaria
Briceño estima que el domingo la participación pudiera ser mayor a la del año pasado, cuando más del 70% de los votantes se movilizó para elegir al Presidente de la República. Ello en atención a los indicadores sobre la actual gestión en materia de inseguridad y la economía nacional, además del cambio operado en la actitud de Capriles para confrontar a su adversario Hugo Chávez, el año pasado.
“Aquel era un muchacho que le tenía miedo a su rival, pero ahora es un líder que no duda en retar a su contrincante. Es una situación totalmente diferente, porque incluso creo que el mismo Capriles no se creía que estaba retando a Chávez, lo cual entre otras cosas le llenaba de inseguridad, pero ahora es más fuerte y lo sabe y lo siente”.
– ¿Y puede trasmitirlo?
– Por supuesto, lo está transmitiendo en su conducta, en los pocos errores que comete cuando habla y la convicción con la cual lo hace. Maduro por su parte tartamudea, se queda sin palabras, dice una cosa y luego sale con otra. Es un Maduro timorato que utiliza el punto de los venezolanos. Mientras Capriles se vale de un lenguaje que si bien es soez, no llegar a rebajarse.
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