El 15 de enero de 2012, la Alcaldía de Palavecino anunció “con bombos y platillos” la construcción de la construcción de la ampliación de la avenida Emigdio Ramos con una inversión de 7,2 millones de bolívares, con una longitud de casi mil metros, cuatro canales, isla central, iluminación con bombillos led, una redoma monumental con fuente, así como el acondicionamiento de jardines laterales e infraestructura comercial.
En conferencia de prensa, el ingeniero Manuel Cols, aseguró que esta obra no había sido ejecutada en su totalidad, faltando un 40%, luego que abruptamente el proyecto sufrió una modificación, sustituyendo una cantidad de trabajos anunciados y presupuestados.
Indicó que entre las irregularidades destacan que la redoma monumental no fue ejecutada con el argumento de no poder expropiarse dos viviendas y un área de la UCLA.
Igualmente no se ejecutó ninguna obra de ornato ni jardinería, tampoco se refaccionaron los tres kioscos comerciales ubicados por más de 20 años en la zona, ni el módulo policial (La Ayuma) propiedad de la urbanización Chucho Briceño, según convenio con el organismo público.
En sustitución de la redoma monumental, que permitiría el fluido vehicular en la congestionada zona, instalaron un juego de semáforos con orientación muy confusa, que lejos permitir la rápida movilidad, contribuye a la formación de largas colas.
Otra de las obras que no se ejecutó, refirió Cols, fue la colocación de empostaduras con lámparas led, instalando unos postes viejos con una sola lámpara que de noche se opaca por las tiniebla.
En un tramo importante de esta vialidad, está ausente el drenaje pluvial, que como consecuencia al llover la avenida es un río casi navegable.
Más grave, aportó Cols, es el nulo relleno de las pistas sentido Santa Eduviges-Terepaima, que ahora es una trinchera y una avenida de dos niveles, que al desviarse un vehículo es una fuente potencial de siniestros.
A través de la trinchera, los automotores alcanzarán altas velocidades en un tramo de 400 metros, agregando Cols: “inclusive no le dejaron forma de pasar de un nivel a otro, improvisando más tarde, por protesta de los vecinos, unas rampas que a medias solucionan el problema.
El nuevo diseño de la avenida, deteriora las relaciones funcionales del área, por tanto, los vehículos no pueden ahora entrar y salir de la urbanización Terepaima, realizando recorridos mayores.
La Contraloría Municipal debe realizar una exhaustiva investigación motivado a los abruptos cambios del proyecto y el destino de los recursos no invertidos.