Lucha contra el crimen y batalla política se mezclan peligrosamente en Caracas

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Las imágenes del candidato oficialista se repiten en la barriada La Matica. «Nicolás Maduro presidente», lee en voz alta con desprecio un agente de la Policía de Miranda, mientras patrulla estas calles donde la violencia se agrava por la división política que castiga a Venezuela.

El estado Miranda (norte), que incluye parte de Caracas, ha sido señalado por el gobierno venezolano como el más violento del país, debido, según los responsables, a una gestión ineficaz de su gobernador, Henrique Capriles, candidato opositor a la presidencia en las elecciones del próximo domingo.

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“La política no debe mezclarse con la seguridad. En estas comunidades hay gente de todo tipo y nosotros, indiferentemente de qué color se vistan o de cómo piensen, velamos por su seguridad», asegura el agente Franklin José Soto durante esta patrulla nocturna por las zonas de Los Teques.

Las calles de esta barriada quedan desiertas nada más caer la noche. Tráfico de drogas, secuestros, robos y ajustes de cuentas que terminan mal son la vida diaria de sus habitantes.

En la patrulla de esta noche, el policía que más gana no llega a 5.000 bolívares por mes (793 dólares al cambio oficial). A media voz, los oficiales reconocen que tener un gobernador opositor no ayuda a aumentar el salario ni a estar bien equipados. En los últimos años, decenas de compañeros se han ido a otros cuerpos policiales o a trabajar para empresas privadas de seguridad.

«Todo se ha politizado. Nosotros trabajamos para todos por igual pero si detenemos a alguien con camisa roja (color que identifica a los adeptos del chavismo) se nos acusa de ser policías opositores», afirma el oficial-jefe Martín García.

Hace dos años, el oficial Soto recibió seis disparos en un recorrido similar al de esta noche. Lo salvó la buena suerte y el chaleco antibalas.

«Llevo 15 años aquí y he trabajado con gobiernos muy diferentes. He sido el mismo policía con todos ellos, pero esto es duro, porque el delincuente está mejor armado que nosotros y aquí no hay un sólo día tranquilo. Sabes cuándo sales pero no sabes si vas a volver», afirma.

La patrulla nocturna se detiene para registrar a un grupo de jóvenes borrachos que visiblemente aprecia poco la labor de la policía «a las órdenes de Capriles». «Chávez te lo juro, yo voto por Maduro», dice, provocador, uno de ellos.

«Los criminales esconden las armas por ahí», dice el oficial García, señalando una ladera. «Tenemos derecho a llevar sólo un revólver y nuestro chaleco para balas de un calibre 3,57. Eso no vale nada contra ellos, que tienen los mejores fusiles de asalto», recalca.

   Contar muertos en lugar de evitarlos

Venezuela registró en 2012 más de 16.000 homicidios, según cifras oficiales. Este saldo lo convierte en uno de los países más peligrosos de América Latina, pese a que el gobierno venezolano ha invertido sumas millonarias para combatir este drama, que se ha convertido en la mayor angustia de los ciudadanos.

En 2012 y según cifras oficiales, 1.573 millones de bolívares (casi 250 millones de dólares) fueron usados para fortalecer la Policía Nacional Bolivariana.

Poner freno a la violencia es también una prioridad en los programas de los dos candidatos a la presidencia de Venezuela.

De acuerdo con las cifras del gobierno en 2012, hubo en el estado Miranda 2.576 homicidios. «El estado Miranda sigue siendo el campeón en todo lo malo», aseguró en estos días el ministro de Interior y Justicia, Néstor Reverol.

De los 3.400 homicidios cometidos en el primer trimestre del año en Venezuela, 545 se perpetraron en Miranda.

«Para mí la idea no es contar muertos sino evitarlos, pero parece que es algo que no todo el mundo entiende en Venezuela», lamenta en una entrevista con la AFP Elisio Guzmán, director de la Policía de Miranda.

El comisario tiene a su cargo unos 2.500 agentes que representan un 30% de las fuerzas de seguridad del Estado, donde trabajan además policías municipales, Policía Nacional Bolivariana y la militarizada Guardia Nacional.

Guzmán se niega a hablar de política, pero emplea mucho tiempo rebatiendo las estadísticas de violencia del gobierno y lamenta no tener un contacto directo con el gobierno para coordinar esfuerzos. Evita señalar culpables del aumento de la violencia en Venezuela los últimos 10 años pero consiente que el presidente Hugo Chávez «fue un factor» que no ayudó a reducir las trágicas cifras de asesinatos.

«Yo le preguntaría al ministro Reverol cómo es posible que el Distrito Capital (que engloba buena parte de Caracas), una superficie más pequeña con menos habitantes y casi 3.000 agentes más que en todo el estado Miranda, tenga una tasa de homicidios superior a la nuestra, según los datos oficiales», replica Guzmán.

El comisario admite que la policía de Miranda es prisionera de la lucha política y está siendo asfixiada poco a poco, privada de material y de recursos financieros.

«Pareciera que la política no está persiguiendo la seguridad de la gente sino más bien la seguridad del gobierno. Y que conste, los venezolanos antes no éramos así», concluye.

Foto: Archivo

 

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