Mercenarios salvadoreños traman con el candidato opositor de Venezuela el asesinato del presidente encargado Nicolás Maduro. Por su parte, agentes centroamericanos están confabulados con ex diplomáticos estadounidenses para eliminar al candidato opositor Enrique Capriles.
Estas son simplemente dos de las teorías de conspiración que Maduro ha expuesto en antelación a los comicios del domingo, de los que surgirá el reemplazo de Hugo Chávez.
Maduro, quien participa en la contienda electoral como sucesor designado de Chávez, también asegura que el gobierno ha emprendido una investigación para determinar si alguien _agentes estadounidense, según ha insinuado_ inoculó a Chávez el cáncer que causó la muerte del mandatario el 5 de marzo.
Dirigentes de la oposición calificaron de ridícula la afirmación, pero las autoridades insisten en que no es broma. Tales teorías de conspiración no son del todo descabelladas para algunos latinoamericanos resentidos con lo que consideran la intromisión en sus asuntos de parte de Estados Unidos. En Venezuela, las relaciones con Estados Unidos se deterioraron después de que Estados Unidos aprobó brevemente el golpe de Estado en el que Chávez fue derrocado durante dos días en 2002.
Maduro asegura que sus oponentes políticos han contratado mercenarios de El Salvador para que lo asesinen. No ha presentado pruebas, pero durante una manifestación efectuada el domingo, Maduro acusó a un ex colaborador de Capriles de ser el autor intelectual de la conjura.
Capriles describió la versión como contradictoria y ridícula. Capriles recordó que hace menos de dos semanas, Maduro aseguró que los ex diplomáticos estadounidenses Otto Reich y Roger Noriega planeaban matar al aspirante opositor con la colaboración de mercenarios centroamericanos. Por su parte, el Departamento de Estado norteamericano rechazó las afirmaciones en ese sentido.
María Isabel Puerta, profesora de ciencias políticas en la Universidad de Carabobo, dijo que Maduro propala sus teorías de conspiración para distraer la atención de los acuciantes problemas internos, en especial la escasez de alimentos y las crónicas interrupciones de electricidad, para echar la culpa a los enemigos del gobierno.
Además de las conjuras para asesinar a ambos candidatos presidenciales, Maduro afirma que mercenarios salvadoreños tienen planes para infiltrarse en la empresa estatal de electricidad y perpetrar actos de sabotaje contra la red de energía del país.
«Implica la transferencia de responsabilidades al enemigo, aunque parezca insólito», agregó la experta.
Los opositores políticos de Maduro afirman que el presidente encargado simplemente sigue el mismo guion de Chávez. En sus 14 años de gobierno, Chávez y sus aliados insistían en que los enemigos del régimen intentaban asesinar al mandatario, derrocar al gobierno o desestabilizar al país.
Miguel Pérez Pirela, presentador de un programa de televisión, afirmó en 2012 que un crucigrama publicado en un periódico contenía el llamado oculto de que se asesinara al hermano mayor de Chávez, Adán.
Los agentes de inteligencia fueron al extremo de interrogar al autor del crucigrama, impreso en el periódico Ultimas Noticias y que contenía las palabras «asesinen» y «Adán» entrecruzadas.