Caminito que un día
Don Cruz Mario Pineda fue un profundo conocedor de la historia cotidiana barquisimetana, principalmente aquella de la cual él mismo fue protagonista activo y amoroso por lo que en su grata conversación abundaban informaciones no escritas de la ciudad y sus habitantes, expresadas en su mayoría con gran humor y amenidad.
Pienso que lastimosamente sólo escribió el pequeño folleto del cual hemos tomado el contenido de las dos columnas que dedicamos a difundir tantas noticias generalmente poco conocidas especialmente por los jóvenes habitantes de la ciudad pero también por muchos adultos que no han tenido la oportunidad de leer este trabajo de Pineda, publicado en la revista “Cumbres” Nº 5, cuando Pineda en calidad de Maestro 2º servía en el Batallón de Infantería Gral. “Justo Briceño”, en el año de 1975.
En el proyecto que hemos venido ejecutando de difundir las noticias menos conocidas de la ciudad que varios cronistas nos trasmitieron en la manifestación amorosa de sus libros, Pineda no podía quedar excluido y el vivo interés que seguramente estas notas despertarán en los lectores de esta columna, así lo justificarán plenamente sirviendo ello de un muy humilde pero más aun sentido homenaje a la memoria de ese buen amigo que fue Don Cruz Mario Pineda.
1.El uniforme de los policías de Barquisimeto era de dril color gris, alpargatas también grises y casco forrado con tela negra.
2.Existieron los “policías de punto” que hacían guardia en un sitio determinado y eran relevados cada seis horas.
3. El patrullaje policial de la pequeña ciudad, especialmente las calles del Comercio, (Av. 20), Libertador (Carrera 19) y Miranda (Carrera 21), se hacía a pie.
4.Otros sobrenombres de policías: El oficial, El Zancudo, El 15, Tomasito, El Gallo, El 13, El Quiboreño, El 25, Goyo que cumplía labores de vigilancia del retén para mujeres de El Marinero
5.La casa del Maestro, avenida Venezuela con calle 26, fue construida originalmente para Medicatura Forense pero luego se le entregó al Magisterio Larense.
6.A las prácticas de béisbol que se hacían en La Mora, antes de que se construyera allí la plaza “Juan de Villegas”, asistían con frecuencias “el muchachote de Barlovento” Vidal López, Alejandro “Patón” Carrasquel, Plácido Delgado y “Cafeína” García.
7.Clubes de béisbol en Barquisimeto, años cuarenta: El Liberal, Bucaneros, Los Ángeles, Astoria, York, Habana, Japón, América.
8.Un guaireño, Pedro Regalado G (a) Caracol, baterista en los conjuntos y orquestas de Barquisimeto fue el “Chacero” o Canchero, de la primera cancha de boliche que hubo en Barquisimeto, situada en los terrenos de la Mora. Los sucesivos dueños de este boliche fueron Pedro Barreto, Nicolás Carreño, Hermes Delgado.
9.El joven Barrera, muerto al precipitarse en su bicicleta por el barranco que lleva su nombre, era hermano de Antonio Barrera, casado con Elena Betancourt, hermana de Rómulo Betancourt.
10.Eleazar López Contreras, visitó a Barquisimeto y se alojó en la casa de Fermín Calderón, situada en la esquina de la carrera 18 con calle 26, que se llamó de la Cuatro Lagunas.
11.La laguna Patarata estaba entre la avenida Lara y la actual avenida Libertador, por Las Trinitarias. En ellas, Luis “Cabo” Rodríguez alquilaba canoas para pasear por sus tranquilas aguas.
12.Los dulces, gofios, panecitos, pan de horno, bastones, coquitos, empanaditas de harina, nísperos, merengues, conservitas de leche y de coco, muñequitos, que eran dulces rellenos de coco, postalinas, frasquitos o dulces rellenos de almíbar, caramelos “gotas de plátanos”, u otros semejantes de azúcar o papelón, tenían la denominación genérica de “dulces secos” para diferenciarlos de los que vendían en platos a locha la ración…
13.Fabricantes de dulces en Barquisimeto eran la familia Arapé, José San Juan García, señora Clementina, señora Margot Luna G., Dositeo Salas, Eliodoro Perdomo, Tomás López, entre otros.
14.Hubo un dulce muy especial llamado “pasta búlgara” que vendía un señor a quien llamaban “Miserere”. Consistía en una pasta blanca tan dura, que debía picar la ración con una hachuela y la anunciaba gritando fuertemente: paaastaa búúl gaa raa, grito que se oía a gran distancia.
15.Las equivalencias de la ñapa eran: medio grano de caraota por una locha, por 0,25 un grano; por un real un grano de café. Cuando se sacaba el taturo se recibía por cuatro granos de caraotas o por dos de café, un centavo.
16.Los muchachos que aún no se habían alargado los pantalones los llamaban “ponchotes”, a quienes se les permitía tomar un “palo de coloradito”, cocuy endulzado y pintado con rojo vegetal.
17.“Cuelgas” o, regalos, que se acostumbraban obsequiar: un pan de tunja aliñado; un corte de terciopelo carrubio, seda, lana u organdí; un frasco de agua de olor Pompeya con una docena de polvos “Sonrisa”,; una caja de magnolia “la negrita” con tres jabones “John Laud” y una cajita de Colorete; una caja de jabones “Reuter” o “Diadema” y la más apreciada: una postal debidamente dedicada con cuatro fuertes (Bs. 20,oo) de plata pegados con engrudo en cada esquina.
18.Cruz Mario Pineda transcribe una tradición que le fue transmitida según la cual en la posada de Benjamín Fréitez, en la esquina de “La Yacuyana”, Av. 5 de julio (calle 31) con av. Miranda (carrera 21) velaron el cadáver del General Joaquín Crespo y en la mañana siguiente fue trasladado al ferrocarril para ser llevado a Caracas.