Escasez de divisas se traduce en un mayor desabastecimiento

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Las empresas no tienen recursos para adquirir sus materias primas e insumos para producir

Los US$ 200 millones subastados, representan el 0,02% de los requerimientos de las empresas

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Todas las acciones de control y persecución que ha venido aplicando el Ejecutivo, en contra de la empresa privada venezolana, bajo las acusaciones de acaparamiento y especulación, cuando la realidad es que la escasez y el desabastecimiento que se ha profundizado en los últimos meses, tal como lo recoge el informe que el BCV elevó a la consideración del Presidente encargado, es producto de las políticas de controles y de la total sequía de divisas que existe en el mercado, realidad que es inocultable.

Lo más inquietante es que, hasta hace pocos meses el Ejecutivo, con la intención de desviar la atención de amplios sectores de la colectividad, mantenían programas de ferias de alimentación, así como también muy bien provistas sus cadenas de comercialización como Mercal, Pdval y Bicentenarios; sin embargo, el problema de la escasez también se ha comenzado a observar en los anaqueles de estos centros de comercialización oficialistas, tal como lo reflejan las expresiones de los consumidores que allí realizan sus compras.

Los gremios empresariales han venido alertando desde hace más de seis meses, que las demoras hasta de 220 días en la aprobación y liquidación de las divisas por parte de Cadivi a los importadores; los retrasos en la entrega de los certificados de No Producción o de Producción Insuficiente, así como de las licencias de importación, desembocarían en una profundización del desabastecimiento, pero al parece nadie quiso prestarle atención a estos llamados de alerta, y siguen sin reaccionar aún cuando ya es demasiado tarde.

Se suma a este escenario, una primera devaluación de la moneda en un 46.5% el pasado 8 de febrero, pasando el tipo de cambio de 4,30 Bs/$ a 6,30 Bs/$, donde se establecieron algunas reglas y fechas que ahora no se quieren reconocer, de allí que al sector farmacéutico no le quieren reconocer a 4,30 las divisas con las cuales adquirieron sus importaciones antes de la devaluación, pretendiendo liquidárselas a 6,30 Bs/$, con lo cual ponen a muchas de esta empresas a asumir cuantiosas pérdidas; pero no conformes con esto, se crea el Sistema de Control Administrado de Divisas, y se hace una primera subasta, donde se colocaron US$ 200 millones, entre 383 empresas que nadie conoce, tampoco el monto asignado a cada una de ellas y mucho menos el tipo de cambio de referencia alcanzado, ya que se habla de 12,00 Bs/$ y hasta de 15 Bs/$, mientras que el Ejecutivo mantiene las cifras oficiales en el más absoluto secreto.

Ya a finales del año pasado, de acuerdo con las cifras oficiales, el desabastecimiento se ubicaba en 11,2%, elevándose para el mes de marzo a cerca de 18%, con un salto en el mes de enero por encima de 18,2%, que de acuerdo con el criterio de los conocedores de la materia, ha sido el más alto de los últimos tres años.

La escasez no es cuento

Como es lógico, en estos momentos los rubros que presentan mayores niveles de escasez, son todos aquellos que en su elaboración tienen componentes importados, como es el caso de las oleaginosas que incluyendo los aceites de maíz, de girasol y de mezcla, registraron el mes pasado un promedio de escasez de 70,16%; el azúcar para el periodo evaluado registró una escasez cercana al 74%, en tanto que la leche en polvo escaseó en un 70%.

Por supuesto, el gran problema es que la producción nacional de muchos de estos rubros es deficitaria y para atender el consumo del mercado interno, necesariamente hay que recurrir a las importaciones, donde nuevamente se tranca el serrucho por cuanto no hay divisas suficientes para atender las necesidades de la economía, mucho menos para importar, al extremo que el pasado los dos primeros meses de este año, las asignaciones de divisas por parte de Cadivi y el Sitme, registraron una disminución del 27%.

La semana pasada Planificación y Finanzas, conjuntamente con el BCV, ante la evidente agudización del desabastecimiento, elevaron a la consideración del alto gobierno, un documento donde se recogen los rubros que han desaparecido de los anaqueles, en el cual recomiendan diseñar un plan de abastecimiento que garantice los inventarios de materias primas de las empresas productoras de pan, cereales, azúcar y envases.

Desde el mismo momento en que se anunciaron las nuevas medidas cambiarias, se ha venido insistiendo en la urgencia de garantizar la fluidez en el suministro de las divisas al mercado, tomando en cuenta como se ha señalado en diversas oportunidades, aún cuando el Ejecutivo lo niega, que alrededor del 70% de los productos que se consumen en el país son importados; el 100% de las materias primas y de los principios activos que se utilizan en la fabricación de los medicamentos son procedentes del exterior; y los insumos para la elaboración de los alimentos concentrados para criar pollos y cerdos vienen de fuera.

Lo que el venezolano de a pie no termina de entender, cómo es que la situación del país haya llegado a tales extremos, cuando en los últimos años el precio del petróleo venezolano ha estado rondando los 100 $/Bl, lo que ha generado para el país cuantiosos ingresos, que no se han reflejado en un crecimiento del aparato productivo interno, en el aumento de la oferta y en la generación de nuevos puestos de trabajo, situación que se debe exclusivamente a la aplicación de políticas económicas erradas, que nos llevan rumbo al despeñadero, si no se producen un cambio de rumbo.

 

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