El sueldo de la familia es dividido para costear los servicios públicos, comprar los alimentos y también para pagar la seguridad de la vivienda o conjunto residencial donde conviven.
Es la realidad de muchos hogares barquisimetanos.
Las medidas de gobernabilidad todavía no apuntan a una ciudad segura, razón por lacual, hombres y mujeres, sacan de su presupuesto mensual, trismestral o semestral, el dinero necesario para contar con las propias medidas de seguridad.
En cercos eléctricos, hay quienes invierten hasta 20 mil bolívares, en casas modestas, para eviatr el ingreso de delincuentes; otros en cambio aportan hasta un sueldo mínimo para el condominio y seguridad del edificio o residencias.
Es un golpe al bolsillo, hablando en lo económico, pero parece ser la única garantía de conciliar el sueño en las noches y espantar a los antisociales, al menos, en algunos casos.
Otras opciones
Aunque la seguridad es competencia del estado, los escenarios violentos en comunidades y acción del hampa en urbanizaciones, hace que los vecinos tomen las riendas de su propia protección.
Es una lucha constante por salvaguardar a los seres queridos y la vida propia. Cada vez son más las empresas que se consolidan para ofrecer productos o sistemas preventivos que pongan a salvo a los ciudadanos.
De allí que las familias inviertan considerables sumas de dineros en automatización de portones, cercos eléctricos, sistemas de cámaras, vigilancia privada, entre otros mecanismos útiles para evitar a los asaltantes.
En el caso de los portones automatizados, por ejemplo, la inversión asciende a casi siete mil bolívares, y el monto puede aumentar si el portón es muy grande o si requiere adaptaciones especiales por parte del equipo técnico.
Elba González, habitante del sur de la ciudad, explicó que desde hace cuatro años automatizó su portón para evitar bajarse a hacerlo por sí misma y con esa medida de protección está libre de los maleantes que merodeaban su casa.
“A mis vecinos, los atracaban cuando se bajaban a guardar los vehículos en las casas, en realidad, fue lo que me motivó a usar este servicio que si bien amerita un mantenimiento constante es un poco más seguro para mi familia”, sostuvo la dama.
Seguridad para los vehículos
La instalación de sistemas de alarmas y GPS (sistema satelital) en los vehículos, es otro gasto que agobia a las familias venezolanas.
Dispositivos satelitales oscilan entre 2.500 y 5.000 bolívares.
No sólo locales legalmente establecidos se encargan de esta modalidad de seguridad vehicular, en casa particulares hay quienes hacen el trabajo técnico e informático para truncar la acción del hampa.
Lo correcto en este caso, exponen los ciudadanos, es que las autoridades en seguridad, mejoren las estrategias y operativos para eliminar definitivamente los índices delictivos en la ciudad y región.
Un trabajo en conjunto, de todos los organismos, es una de las propuestas de la ciudadanía que clama por paz vecinal y colectiva.