Paraninfo
Aunque se diga que estamos ante la campaña más corta de todos los tiempos, a nosotros no nos parece ya que este gobierno lleva más de catorce años en campaña electoral, que es lo único que sabe hacer. Así fue en la era del teniente coronel fallecido y lo ha sido en estos días del “heredero”.
Mientras tanto el país continúa su rumbo al despeñadero. La inseguridad se lleva buena parte de nuestra juventud, la corrupción alcanza niveles nunca vistos, la inflación nos come el pírrico salario, la escasez de bienes nos convierte en turistas bodegueros, las autopistas y carreteras intransitables, los hospitales y escuelas destartaladas en fin un país en ruinas. Han sido años de permanente agite electoral y desgobierno.
Ahora debido a un sobrevenido, dentro de escasos días estaremos nuevamente votando. En esta oportunidad la oposición democrática repite su candidato. Un candidato lleno de juventud, alegre, que nuevamente recorre todos los rincones de la patria, llevando un mensaje de unión, de esperanza y fe en el futuro. Oyendo más que hablando. Ya hace unos meses atrás le latió en la cueva al “invencible”. Se enfrentó a un candidato aquejado por dolencias graves que le hacían incierto el provenir, pero que usando todos los recursos del Estado y escondiendo su gravedad, mintiendo, engañó nuevamente al pueblo. Sin embargo en esa contienda electoral 6.7 millones de compatriotas, no se dejaron engañar, le dijeron no al castrocomunismo. Esta vez se enfrentará al “heredero”, al designado en su último de aparición pública. Al que hemos dado en llamar “fotocopia sin tóner”.
No pareciese un lugar común decir que en estas elecciones nos estamos jugando el destino de la República. Ya habíamos previsto que si el 7 de octubre ganaba nuevamente el teniente coronel felón, entraríamos definitivamente a transitar el llamado socialismo del siglo XXI, profundizando la revolución castro comunista. Y todo ello con las consecuencias que ya conocidas. No fue así, fue peor. Ganó el “comandante en jefe” y entramos en un período sin gobierno. El vencedor en Cuba, “convaleciente”, imposibilitado de dirigir un gobierno y un encargado, yendo y viniendo, incapaz de gobernar. Hasta que el destino se impuso y todos los poderes públicos, violando nuevamente la constitución, se pusieron de acurdo para convocarnos nuevamente a elecciones. En una fecha que para el gobierno es gloriosa y para el país nefasta.
El 14 de abril, con el ejercicio del voto, tendremos nuevamente solo dos caminos a transitar. Uno que nos lleva al socialismo, eufemismo de comunismo, y el otro que nos conduciría al sistema democrático. En el primer camino sabemos, por experiencia, ahora más que nunca, que es un camino que nos conduciría a la conculcación de la iniciativa individual, a la pérdida de la propiedad privada y de los valores más arraigados de nuestra sociedad. A una situación de repartición de la escases, del hambre. A la miseria de muchos y a la riqueza de pocos. Un solo partido, una sola doctrina. El otro camino, el que nos señala el candidato de la democracia, nos conduciría a un país con porvenir, de esperanzas, con posibilidades de ascender en la escala socio-económica, de mejorar la calidad de nuestras vidas. De educar a nuestros hijos según nuestros pareceres. De muchas y diversas opiniones. De posibilidad de alternabilidad en el poder. Seguro que con muchos problemas pero con más posibilidades de solucionarlos. Un camino perfectible al andar.
Si de nuevo nos equivocamos este 14/04 estaremos dejando el porvenir de nuestra patria en manos de un grupo que no tiene la más mínima idea de lo que es gobernar. Negro provenir. Comenzaríamos a transitar el camino por donde hasta los cubanos están de regreso. A votar por favor, pero a votar bien, sin miedo.