Planteamientos
La emergente cartografía sociopolítica en el país, en lo que va de este siglo, revela una creciente polarización entre “ganadores” y “perdedores”, cuyas expresiones en buena parte de los análisis, sobre todo en tiempos electorales, pasan por alto elementos de carácter estructural, tornándose insuficientes para explicar los aciertos o desaciertos resultantes de las estrategias y la campaña por alcanzar el poder.
En la acera de los “ganadores”, se amplía el espacio de los sectores sociales tradicionalmente excluidos de la cultura, ahora incorporados mediante una política gubernamental que se planteó inicialmente el combate a la pobreza, entre otras orientaciones, por la vía de la superación de los niveles de analfabetismo crónico existentes en el país. De hecho esa política fue priorizada, al iniciarse el presente siglo, como uno de los grandes objetivos del milenio. A ello habría que agregar los proyectos de ediciones y fomento de la lectura.
No es nada aventurado plantear, primero, que el impacto de dicha política ha estado al margen de estudios e investigaciones; y, segundo, la hipótesis de que pudo haber contribuido a superar la fractura existente en amplios sectores de la población ubicados en los estratos más vulnerables, cohesionándolos políticamente. El criterio de Germán Campos, director de Consultores 30.11, al respecto es ilustrativo: “La matriz de la cultura política de una sociedad, esos códigos de interpretación que usan los ciudadanos para interpretar y actuar en consecuencia respecto de la democracia, la economía, la sociedad, el tamaño del Estado, las relaciones internacionales eso cambió de manera sustantiva si la comparamos con la matriz dominante en los 80 y los 90”.
El Centro Nacional del Libro (CENAL), promovió el Estudio del comportamiento lector; acceso al libro y la lectura en Venezuela, una investigación efectuada el año pasado, mediante encuestas en hogares a 8.862 personas, en zonas urbanas y rurales, siguiendo los parámetros del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLALC).
Según el referido estudio, el promedio de lectores de libros en América Latina está en la cifra del 48%, y en nuestro país, se ubica en el 50%. Además, allí se indica que 32% de los venezolanos tienen preferencias por los textos que abordan los temas político- históricos.
La propia presidenta del CENAL, Christian Valles, enfatiza el crecimiento del número de lectores en el país: «82% de los venezolanos lee hoy algún tipo de publicación y 50% de la población lee específicamente libros. Se ha creado una infraestructura estatal que constantemente promociona la lectura». Criterio que es corroborado por el presidente de la Cámara Venezolana del Libro (CAVELIBRO), Iván Dieguez, para quien las editoriales privadas constituyen un sector complementario a las políticas oficiales, de cara a la denominada “bibliodiversidad”, es decir, la posibilidad que el lector disponga de varias opciones.
La gerente de la Editorial El perro y la rana, Gioconda García, igualmente, sostiene que hemos asistido a una explosión escritural y lectora. Cada vez son más los autores inéditos que consiguen un lugar para ser leídos, y más los lectores, que luego de un profundo trabajo de alfabetización nacional, acceden y buscan buena literatura. Más de 1000 títulos editados en poco más de dos años, de los cuales por lo menos 400 son de autores inéditos, antes marginados por la editoriales de élite o de academia, más de 50 librerías estatales distribuidas por todas las provincias venezolanas, libros que son vendidos entre 1 y 5 bolívares fuertes, es decir, entre 0,50 y 3 dólares, así como el fortalecimiento pujante de las bibliotecas públicas del país, la creación de una Distribuidora venezolana del libro y de la Imprenta Cultural, son logros que van dejando una impronta en el desarrollo ético y estético del venezolano.
El esfuerzo del Fondo Editorial del IPASME, también cuenta en esta política de fomento a la lectura por parte del estado venezolano, con una producción de textos muy variada y organizada mediante series diferentes que van desde la colección Aquiles Nazoa/ Pata Caliente de literatura infantil ilustrada, hasta la colección bicentenario de las independencias, pasando por los volúmenes de la notoria: Contra el Olvido, todos de distribución gratuita.
Coincidimos en la necesidad de dar un paso adelante para diseñar y poner en práctica un Plan Nacional de Lectura, mediante acuerdo de las instituciones interesadas, con miras a fortalecer la relación entre la producción editorial y la formación de lectores críticos y, por ende, de la cultura nacional.
