Cuando llegan ciertos momentos en la vida que nos impelen a tomar una decisión, debe tenerse la valentía y el coraje de asumir ese reto con responsabilidad y luego decidir lo que se deba decidir, aunque nos cueste. Me parece que esta hora de Venezuela es, para quienes amamos de verdad esta tierra, una hora definitiva. La historia nos está poniendo a prueba nuestro sentido de responsabilidad. No se puede eludir el compromiso de terminar con la tragedia que hemos vivido estos 14 años y cuyo principal protagonista ya no está. No se puede eludirel compromiso de buscar nuevos rumbos para esta patria tan sufrida y mancillada. Cuánto tiempo perdido, cuánto dinero mal gastado, dilapidado y robado,cuánto engaño al pueblo sencillo, honesto y laborioso de Venezuela y cuánta frustración acumulada, cuánto recurso humano preparado enel país que ha tenidoque irse a otros lugares buscando mejores destinos para ellos y sus familias, cuántos venezolanos serios, trabajadores, estudiosos, deseosos de superarse que sólo han encontrado el muro del rechazo, del insulto, de la persecución, de la envidia, de la chabacanería y la arbitrariedad gubernamental. Son muchos los casos de jóvenes que han vivido la experiencia de habérseles solicitado la inscripción en el Psuvpara poder trabajar en la Administración Pública. Qué régimen tan despreciable es éste de Chávez ayer y de Maduro hoy.
Dios nos está concediendo otra oportunidad para enderezar el rumbo. Pongo como prueba material, palpable,de lo que digo lo siguiente: Nuestra Carta Magna originalmente sólo permitía una sola reelección, nunca estuve de acuerdo con eso, no me gusta ni una sola reelección, pero así se aprobó en 1999. Luego en 2007 el presidente Chávez nos propuso una reforma constitucional para aprobar, entre otras cosas, la reelección indefinida del Presidente de la República y el país la negó, pero, lamentablemente,el Presidente violando la propia Constitución Nacional,insistió a través de una enmienda sobre el mismo tema ya decidido y el país se contradijo y la aprobó, no hubo tribunal ni Corte alguna que declarara la inconstitucionalidad de esa enmienda. En 2012 el Presidente consiguió su segunda reelección, pero Dios no le permitió juramentarse para el cargo y continuar siendo Presidente de la República. He reflexionado mucho sobre este hecho, yo soy providencialista, la Divina Providencia siempre está presente en las horas históricas de los pueblos. Hoy los venezolanos somos de nuevo convocados, con apenas seis meses de diferencia, a elegir un nuevo presidente porque el reelecto el 7 de octubre falleció. Dios nos ha dado una nueva oportunidad.
Hemos aprendido mucho durante estos 14 años, ahora conocemos mejor este nefasto régimen chavista, hoy madurista, y aunque por la irresponsabilidad de haber postulado al enfermo señor Chávez como candidato presidencial, podemos decir que se perdió todo el esfuerzo del 7 de octubre, el de ellos y el nuestro, todo lo gastado por ellos y por nosotros, la organización de aquel proceso y la logística que se aplicó, podemos también decir que hoy, cuando estamos mejor preparados y con mayor experiencia, Dios, por alguna razón en su inescrutable designio, nos está concediendo una nueva oportunidad. No la despreciemos.No se justifica que venezolano alguno deje de ir al acto electoral y no participe en la decisión política más trascendente de los últimos tiempos. Con entusiasmo, con fe en el porvenir y en las inmensas posibilidades de Venezuela. Es la hora de cambiar las cosas en nuestra Patria. Es la hora de encontrar la reconciliación nacional.
La perfectibilidad de la democracia permite irla mejorando cada vez más, irla llevando a estadios de mayor libertad y participación popular, a transformaciones que permitan la estricta autonomía y división de los poderes públicos y un control institucional de verdad. Aspiramos a una democracia sin excluir a nadie, con mayor tolerancia para todos y con un absoluto respeto de todas las corrientes ideológicas y de los derechos humanos. Que cada venezolano se examine y determine cómo puede ayudar a conseguir y consolidar el necesario triunfo de Capriles, eso es muy importante, pero que por lo menos se acerque a votar. Las nuevas generaciones de venezolanos agradecerán el esfuerzo que hagamos. Esta es una ineludible responsabilidad.