Elisa Soteldo: Hay que avivar la cultura desde la escuela

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Sentada, frente al piano y con una amplia sonrisa nos recibió la profesora Elisa Soteldo, fundadora de las Voces Blancas.
Su fructífera trayectoria, más de 70 años en el medio artístico, fue escurriéndose a través de anécdotas y vivencias. Las notas del piano acompañaron la entrevista que nos dio la barquisimetana con motivo de su visita a su terruño crepuscular.

Además de su vasta experiencia en el ámbito musical, en teatro, cine, televisión y radio, esta reconocida y laureada dama de las artes, nos habló sobre la vida, el amor, los hijos, la familia y los medios de hoy día, también compartió su secreto para mantenerse tan joven de espíritu.

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-¿Desde cuándo no visitaba su tierra?

-Desde hace tres años. Siempre pienso en Barquisimeto.

-¿Cuál es el secreto para verse tan radiante, tan llena de vida a sus más de 90 años?
-Eso es herencia familiar. Definitivamente creo que viene de mi familia. Mi papá y mi mamá eran así también… Una vez yo estaba cantando en Maracay y nadie me escuchaba, cantaba para Eustoquio Gómez. Nadie me escuchaba pero alguien me dijo ¡no importa, hágalo! que usted es el próximo talento. Desde entonces aprendí mucho.Además, estoy rodeada por todos los jóvenes de la escuela.

En mi casa tengo un joven increíblemente bello como cantante de boleros. Es mi nieto. Pero no se atreve a cantar. Nieto mío pero penoso. Sería el bolerista más joven de Latinoamérica. Algún día lograré que se atreva.

-¿Las satisfacciones más importantes de su vida?
-Haber nacido, el lugar donde nací y haber sido criada por la familia que Dios me dio.

Me colma todo eso que mis progenitores me dieron y enseñaron. Es inolvidable para mí cuando hice la Primera Comunión con las alumnas de la escuela de mi mamá.En cuanto a mi trayectoria, no hay nada que no me satisfaga.
He hecho de todo. Cine, mucho teatro, incluso fuera de Venezuela, en Nueva York, Puerto Rico, Santo Domingo. Fue duro cantar jazz en Nueva York. Pero logré cosas importantes.

-¿Qué nos puede decir de esas cosas importantes?
-Lo que me llena más es la música, definitivamente. Luego, cada uno de mis hijos.
Cada uno tiene un significado tan grande, tan importante y tan vivido.

Cinco hijos, uno falleció. Federico ya no está. Mis nietos son también mis motivos importantes. Tengo 17 nietos y cuatro bisnietos. Una es solista en Nueva York, es violinista.

-¿Además de la familia, qué nos dice acerca del matrimonio y qué representa el amor para usted?
-Cuatro matrimonios. El amor es todo. No hay nada que se le compare a esa fuerza.Lo aseguro porque lo he vivido intensamente. Exageradamente amada. También he amado demasiado. Sin mezquindad.

-¿Qué añora de cada época vivida?
-Cuando podía cantar de noche. En septiembre canté, pero me gustaría estar siempre cantando de noche.
Nunca se me olvida una señora, cantante, la vi en Nueva York hace dos años, sentada en su mesa, cargaba alpargatas, de pronto se levantó y actuó. Tronco de actuación. La noche es mágica.

-¿Además de cantar, que traería al presente, que se traería de esas épocas?
-Que la gente sepa vivir. Que todos sepan vivir. Ahora todo es un agite. No. Hay que recibir el día y despedirlo, como lo hago yo.

-¿Cómo es ese rito?
-Me falta un hijo, hay problemas en la escuela, dificultades, tropiezos, pero poco a poco voy acomodando el día hasta que llega el momento clave, allí en la escuela, ese momento me dice ¡aquí estás tú, esto es lo tuyo! No sé qué sería de mí si la escuela no existiera. Uno mismo se tiene que dar fuerzas.

-¿Usted vivió una época de oro en cuanto a espectáculos se refiere, pionera del cine y la radio, del hecho cultural, una época de mucho contenido formativo, qué opinión le merece el ámbito creativo actual?
-No hay una formación. Es que la gente no tiene de dónde nutrirse tampoco.

Menos mal que en mi escuela yo les digo que hay que prepararse, sólo la constancia forma. En la escuela muchas madres sueltan a sus hijos y se van a toda prisa… es que la vida de la mujer es… (suspira).

-¿Cómo es la vida de la mujer?

-Es dura. Bastante dura. Por todas las responsabilidades que enfrenta. Yo, por ejemplo, hacía de un vestido, dos vestidos para no dejar de cantar.

-¿Un sueño?
-Hacer en El Hatillo un sitio donde canten los niños, así como en Nueva York. Yo quisiera hacer algo así, diferente. Un lugar donde los niños canten. Pero para todo es dinero.

La escuela se mantiene por la mensualidad de los alumnos. Yo no tengo ninguna ayuda. La única vez que recibí un aporte fue del presidente Herrera.

-¿El mentor que marcó su vida?
-No puedo evitar decir que fue mi papá.

-¿Además de su padre, a quién admira actualmente?
-Dudamel. Estoy desesperada por conocerlo. Es otro de mis anhelos. Es un muchacho prodigio, sin lugar a dudas.
Cada vez que lo veo me pregunto cuándo conoceré a ese muchacho tan maravilloso y barquisimetano.

-Hizo cine, teatro y televisión ¿por qué se queda con la música?
-La música me hace vivir. En mi vida tengo muy presente a Virgilio Soteldo. Fue quien me enseñó la primera canción en inglés. Allí en la casa, en la esquina de San Juan.

-¿Cuándo le dicen Barquisimeto, qué piensa?
-Nostalgia. Una nostalgia muy grande porque me gustaría estar aquí un tiempo y poder hacer algo. Quiero hacerlo antes de que me vaya de este mundo. Es decir, que tengo que hacerlo rápido, porque tengo 90 años. Para mañana.

-¿Cómo le gustaría ser recordada?
Como un ejemplo a seguir por las nuevas generaciones. Que la generación de relevo tenga un camino a seguir. Los muchachos de hoy en día están muy solos.

-¿Por qué considera que la juventud está sola?
-Porque no ha amanecido y ya quieren hacer todo rápido. Se vive muy aceleradamente.La vida tiene muchas cosas. Música, canciones.

-¿Cuál es su canción favorita?

-Mi melancolía de Aldemaro Romero. La compuso para mí. Dice así: mi melancolía es tanta que no sé si seguir viviendo o si moriré, me quieres tú, te quiero yo, pero sin embargo el mundo nos separa. Así dice parte de la letra.
Esa es mi canción favorita. Bueno, hay otras, pero esa tiene un significado especial. También la llevo conmigo siempre.

-Usted es distinguida por ser una excelente pedagoga, ¿qué define a un buen docente?
-Un buen maestro es el que se acerca más a ese niño que más le cuesta aprender; es al que tengo más cerca.

-¿Qué opina de la televisión actual?
-No la veo. En televisión no se puede hacer lo que ahora se hace, ni hablar como se habla.

No se puede actuar como se actúa. Los que manejan los niños, los programas con niños… está muy mal lo que se está haciendo con los niños. Prácticamente dejan de ser niños.

-¿Proyectos en los que esté trabajando recientemente?
-El concierto anual de Voces Blancas en julio en Caracas, me gustaría hacer algo para que quede. Cuando me refiero a hacer algo yo, lo digo, porque no he terminado de hacer y de transmitir lo que yo quiero, falta por hacer.

-¿Qué representan las Voces Blancas para usted?
-Mi vida. Deseo que todos a mi alrededor lo sientan así.

-¿Un consejo para las nuevas generaciones?

-Estudiar y oír buena música. Todas las escuelas deberían tener teatros y auditorios.
Hay que avivar la cultura desde la escuela. Que las artes sean prioridad.

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