El socialismo descarta que una Ley Desarme permita venta no regulada de armas o municiones como parte de un libre mercado, pues ello estimularía un escenario de guerra como ocurre en EEUU donde la infame segunda enmienda constitucional da derecho a que cada estadounidense porte un arma de fuego.
Horrendas masacres estudiantiles han sido consecuencia de esa errada doctrina gringa, por ello en la Venezuela Bolivariana los Derechos Humanos deben estar siempre por encima del poder capitalista del mercado, de allí que la legislación tiene que garantizar el monopolio del Estado sobre las armas y demás productos conexos.
El Gobierno Nacional ha desplegado una gestión amplia para erradicar la violencia heredada de la Cuarta República cuya exclusión social provocó una elevada delictividad. Nuestra revolución debe rechazar radicalmente la criminología fascista como la de Gunther Jakobs y su Teoría del Enemigo, vale decir, represión inviable en Venezuela.
El bien jurídico principal en el desarme es la vida y seguridad de los ciudadanos ante las amenazas de los criminales que agobian a todos los países del mundo pues se abastecen legal e ilegalmente de municiones, proyectiles y armas con fines de agredir a la sociedad e imponer el caos.
Luce conveniente subrayar que la lucha por la seguridad ciudadana no es sólo materia legislativa, sino que depende de políticas públicas para promover educación, salud, trabajo y ocupación constructiva para la juventud que actualmente fallece a causa de la terrible proliferación de armas de fuego.
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