“Entonces él se sentó y llamó a los doce, y les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el último de todos, y el servidor de todos. Y tomó a un niño, y lo puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dijo: El que reciba en mi nombre a un niño como este, me recibe a mí; y el que a mí me recibe, no me recibe a mí sino al que me envió”, rezan los versos desde el 35 al 37 del evangelio de san Marcos.
Revestidos con atuendos de la época, actitud serena y sumo respeto, los niños de la pastoral infantil de la parroquia San Jorge, ubicada en la urbanización El Obelisco, conmemoraron el camino al calvario del Redentor.
¿Qué es un viacrucis?, es meditar los momentos de Jesucristo vía a la cruz; haciendo mención de quienes lo acompañaron en su calvario, comprendidos en 14 estaciones, sin contar la resurrección.
El mismo que fue recibido con aclamaciones cuando entró en Jerusalén, más tarde fue crucificado en presencia de quienes esperaban a un Mesías que los librara del yugo Romano, no así de la condena eterna: el pecado.
Primera estación
A las 10:00 de la mañana, en compañía de padres, representantes y servidores parroquiales, niños de la pastoral infantil dramatizaron cada estación del viacrucis. Era sólo la conmemoración de la dolorosa entrega, porque en la mirada inocente de los pequeños actores, se reflejaba un Jesús vivo.
Durante semanas se prepararon, contaron sus padres, quienes coincidieron en que para muchos no fue una simple obra de teatro.
“Ellos estaban verdaderamente conmovidos. A medida que estudiaban su papel e intervención nos hacían más preguntas.
El año pasado, cuando lo hizo la pastoral familiar, muchos regresaron a sus casas llenos de incógnitas porque fue más real. Pero ahora son ellos mismos quienes vienen a mostrarnos lo que realmente representó el camino a la cruz: una experiencia de amor entre Dios, su Hijo y el hombre”, dijo María López, representante.
Segunda estación
En tanto, en el resto de las 51 parroquias que conforman la Arquidiócesis de Barquisimeto, en el transcurso del día, se representaron varios viacrucis vivientes.
Aquellos pautados para la tarde, fueron reprogramados para la noche.
Por ejemplo en la parroquia San Pablo de la Cruz, a las 6:00 de la tarde, la comunidad, el presbítero Oscar Burbano y un grupo nutrido de servidores, avanzaron por las calles del sector Simón Rodríguez en actitud de oración.
Llevaron en manos velas encendidas pidiendo a Dios, misericordia por las heridas de pies, manos y costado de su Unigénito.
Finalmente, es importante mencionar que todos los viernes del año, excepto en pascua, es día penitencial, día cuando grupos parroquiales y movimientos como la Legión de María, se reúnen a las 3:00 o 5:00 de la tarde para hacer el viacrucis.
“Haznos un corazón de barro. Que tenga tu paciencia, tu amor, que tenga tu voluntad, que tenga tu libertad, que reine esa paz con Dios. (…) Un corazón de niño, limpio y puro. Un corazón como el tuyo Señor”.