En Cocorote, estado Yaracuy, la llegada de la Semana Santa no sólo representa tiempo de amor y reconciliación por la pasión y muerte de Jesucristo, sino también momento para una tradición que se ha convertido en patrimonio cultural del estado: la dulce y esperada Feria del Buñuelo.
Hace 16 años los vecinos del sector centro de Cocorote se reunieron para promover la degustación del dulce más tradicional en Semana Santa, el buñuelo, confeccionado a base de yuca.
Hoy, en su XVI edición, la Feria del Buñuelo se realiza en las adyacencias de la plaza Bolívar y se extiende por más de cinco cuadras con la participación de casi 80 expositores locales.
En 2012 la Corporación Yaracuyana de Turismo registró más de 10.000 visitantes del estado y de otras regiones del país. Para este año las cifras indican que se superarán esas metas. Hoy es una de las ferias de gastronomía y dulcería criolla más populares del país.
Gustos y sabores
Humberto Arza, miembro fundador de la Feria del Buñuelo, comentó que año tras año la incorporación de artesanos es cada vez mayor, y con ello la variedad en recetas de buñuelos y demás platos típicos de la Semana Santa.
“Cada familia le da su toque especial al dulce. Son recetas que pasan de generación en generación y que se convierten casi que en secretos que sólo conocen los miembros de la familia. Las proporciones de los ingredientes y sus particularidades hacen de cada buñuelo un dulce sumamente especial”, refirió Arza.
La expositora Adriana Segura lleva seis años participando en la Feria, no sólo con buñuelos sino también con dulces de coco, arroz con leche, majaretes, conservas, tortas, churros y quesillos. Comentó que la experiencia ha sido muy gratificante porque gracias a la actividad se rescatan los valores tradicionales.
“Nuestros dulces criollos estaban olvidados, sólo nuestras abuelitas los hacían en las casas. Festivales como estos ayudan a rescatar esas tradiciones, ancestrales en muchos casos, que forman parte de nuestra idiosincrasia y definen nuestra identidad”, puntualizó Segura.
Lenny González se incorporó este año con buñuelos y con platos “salados”, propios de la Semana Santa.
“La gente viene por buñuelos, pero también disfrutan mucho el poder degustar una arepa de chigüire, o un buen pescado relleno acompañado de yuca frita. Eso es lo que estamos incorporando para hacer de estas ferias un lugar de degustación gastronómico para todos los gustos”, refirió.
Gastronomía y devoción popular
La presidenta de la Asociación civil Llama Ancestral (Asocillanc), Francisca González, resaltó que la Feria del Buñuelo no sólo invita al pueblo a probar el tradicional dulce criollo sino a recordar que la Semana Mayor se celebra en conmemoración de lo que Jesús hizo por nosotros.
Este jueves, en recordación al Triduo Pascual, se realizaron cadenas de oración para acompañar a Jesús en su agonía. Hasta el domingo de resurrección se realizarán oraciones y se elevarán plegarias, con la participación de los expositores y público presentes.
También se organizaron actividades recreativas y culturales para niños, jóvenes y no tan jóvenes, como talleres de fabricación de perinolas, papagayos y juegos de mesa, y conversatorios sobre la vida de Jesús.
Este año se abrió una exposición con imágenes de santos y patronos en la capilla de la Virgen Santa Inés, ubicada en el sector.
«La Semana Santa es para reflexionar y recordar que Jesús dio la vida por nuestra salvación. Por ello, combinamos las tradicionales populares con la devoción cristiana, que en definitiva son las bases del nuestro pueblo», subrayó González.
La Feria está abierta hasta el domingo 31. La seguridad y atención por parte del Gobierno están garantizadas, pero, fundamentalmente, prevalece el amor de un pueblo por sus raíces y por sus ganas de ofrecer lo mejor de sí a propios y visitantes.
