La empresa encargada de la construcción de la nueva sede de la escuela Hermanas Jiménez, de Duaca, sigue incumpliendo el contrato suscrito con FEDE y resulta extraño que no se le hayan aplicado las sanciones establecidas en la Ley de Contrataciones.
Daniel Segura y Asdrúbal Álvarez, profesor y dirigente del movimiento Crespo Activo, respectivamente, hicieron una nueva visita al sitio de la construcción y constataron el atraso que sigue registrando la misma.
“Ese es un contrato por 37 millones de bolívares fuertes, o 37 millardos, para la construcción de cinco módulos o salones de clases que no se sabe si fueron invertidos o no y aún no han entregado los primerios pese a que eso debió haber ocurrido el año pasado”, manifestaron.
Álvarez se refirió al punto de la valla que la empresa constructora debió haber colocado al inicio de la obra pero lo hizo con tres meses de retardo, aunque la misma presenta fallas como la de ignorar cómo fue adjudicada, no figura el número del contrato y dice que es una ampliación cuando en realidad se trata de una nueva construcción.
Además, FEDE le otorgó el contrato a pesar de que la misma estaba suspendida de acuerdo a la Ley de Contrataciones y se desconoce si ya salió de esa lista negra del Gobierno nacional.
Álvarez y Segura recordaron que en una asamblea celebrada hace cerca de un mes en Duaca el representante de la oficina técnica Santa Elena se comprometió a entregar los primeros tres módulos en los últimos días de marzo, lo que no podrá cumplir con los trabajadores que tiene contratados.
Ambos agradecieron el apoyo que ha recibido la comunidad por parte de algunos diputados del Consejo Legislativo de Lara, concretamente de Rosa Oropeza y Luis Jonás Reyes, y les extraña que la legisladora por el circuito de Crespo, Ana María De Palos, no haya mostrado preocupación por lo que está ocurriendo con tan importante obra educativa para la comunidad duaqueña.
“Es extraño el silencio de FEDE sobre los problemas que presenta esa obra, si aplicarán a la contratista la multa que establece la ley”, dijo Segura.
Mientras tanto, 4.500 niños y adolescentes, en su mayoría de la zona sur de Duaca, así como los docentes, siguen deambulando de un lugar a otro, en ambientes inadecuados, hacinados, incluyendo el viejo matadero, para no interrumpir las actividades educativas que fueron alteradas cuando derribaron la vieja escuela con la promesa de una nueva cuanto antes.
