El estado Lara ha sido privilegiado por la Naturaleza al dotarle de extraordinarias bellezas naturales, en especial de montañas, ríos y quebradas, para que residentes y visitantes puedan disfrutar en temporadas como la actual, de Semana Santa.
Cada uno de los nueve municipios de la entidad posee suficientes sitios, algunos aún no explotados del todo turísticamente, donde las familias pueden reunirse alejadas de la intensidad de los movimientos citadinos y descansar cuerpo y mente en ambientes naturales.
Entre los más cercanos y conocidos se encuentra el parque Las Mayitas, en el municipio Simón Planas, que, a pesar de los destrozos sufridos hace algunos meses durante la crecida y desbordamiento del río, sigue siendo escogido por los larenses, y también portugueseños para ratos de esparcimiento.
Pero en Simón Planas, concretamente en la vía que de Gamelotal comunica con Manzanita, a unos 23 kilómetros del primero de esos poblados, se encuentra una caida de agua conocida como El Altar que, pese a permanecer prácticamente virgen, cada temporada de vacacional ve incrementada la cantidad de visitantes.
Hasta ahora ni la alcaldía de Simón Planas, ni Cortular y mucho menos Inparques ha hecho nada para acondicionar el lugar por lo que los temporadistas disfrutan de sus atractivas caídas de agua tomando todo tipo de precauciones para evitar accidentes.
Municipio Morán
Pero sin lugar a dudas que este es la entidad del estado Lara que mayores atractivos naturales posee, comenzando por la ya nacionalmente famosa Cascada del Vino, al noreste de Barbacoas, una caida de 90 metros de altura cuya especial característica es el rojizo de sus aguas procedetes de la parte alta del parque Nacional Dinira.
Durante unos dos años el acceso a ese sitio turístico estuvo interrumpido por la caída de su única carretera aunque, afortunadamente, la gobernación logró su recuperación y nuevamente los grupos de temporadistas pudieron volver a disfrutarla.
Pero en las cercanías de Barbacoas no sólo la cascada es buen atractivo pues en la parte alta, vía hacia Humocaro, existen caidas y pozos con frías y rojizas aguas paran buen chapuzón que muchos consideran rejuvenecedor.
Pero también en el municipio Morán, aunque más alejado, a unos 11 kilómetros de Humocaro Alto, se encuentra el caserío Buenos Aires, incluido en el Parque Nacional Dinira, donde el visitante puede deleitarse escuchando el canto de los pájaros en su hábitat natural, el rumor de los arroyos al deslizarse sus aguas, con temperaturas de entre 14 y 20 grados en el día que bajan a 12 o menos en la noche y hasta a cinco en diciembre o enero.
Allí también se encuentra la quebrada El Alumbre pues, procedentes de la parte alta de la montaña, bajan peloticas de ese mineral natural que, afirman, tiene propiedades medicinales, incluso rejuvenecedoras.
Aunque la carretera no está en muy buenas condiciones, con un vehículo rústico vale la pena el sacrificio para llegar y quedarse.
El municipio Morán tiene otros lugares visitables, incluso muchos grupos familiares llegan hasta la represa Dos Cerritos y aunque no es apta para bañarse, permite disdfrutar de un hermoso espejo de agua y de la brisa que allí se siente permanentemente.
Andrés Eloy Blanco
Comenzando con Sanare, su capital, este es un municipio de montaña cuyo principal atractivo es el Parque Nacional Yacambú, poseedor de muchos arroyos o caidas de agua y un clima agradable por demás, sobre todo para quienes en la ciudad nos sentimos agobiados por el intenso calor, como en estos días de marzo cuando las temperaturas han subido unos cuantos grados.
La laguna de El Blanquito recibió “un cariñito” recientemente para que las familias puedan acudir y permanecer en los pocos quioscos existentes mientras los patos juguetean en las aguas que aún esperan la intervención oficial para recuperar sus bellezas de hace algunos años.
Pero en Yacambú, sin alejarse de la carretera principal, debidamente asfaltada gracias a lo que será la gran represa de Lara, también existen pozos o pequeñas cascadas de aguas claras y frías esperando para que las disfruten.
Andrés Eloy Blanco también posee una serie de restaurantes y posadas de montaña donde, además de la gastronomía criolla, también es agradable contemplar hermosos paisajes representados por extensos sembradíos de hortalizas, o el clima, igualmente benigno.
Y si lo que quierer es algo de aventura, desde el caserío Guajó, al sureste de Sanare, puede intentarse subir hasta la hoy extinguida fumarola, adentrándose en una espesa montaña en la que todavía existen algunos animales, especialmente monos.
Pero también en Andrés Eloy Blanco, vía hacia el caserío Yay, al norte, está La Hundición, sitio natural, arqueológico, palentológicoe histórico.
Allí se pueden observar impresionantes formaciones geológicas que han merecido profundos estudios por parte de entendidos en la materia.
Jiménez
Indiscutiblemente que la principal atracción que posee este municipio es la población de Cubiro, en especial las lomas ubicadas al este, que durante años ha sido sitio obligado para el turista, regional y nacional.
Hace unos dos años desde la gobernación se prometió la ejecución de un proyecto destinado a cambiarle el rostro a lo que Las Lomas de Cubiro han sido hasta ahora, pero todo se quedó en la promesa.
Sin embargo, el verdor de su engramado natural y su baja temperatura siguen siendo atractivos para quienes un fin de semana o en temporadas como la de Semana Santa, buscan salir de la ciudad.
Además, la población cuenta con un buen número de posadas para la permanencia de los turistas por más días sin necesidad de regresar a la ciudad de origen.
Igualmente, para los católicos que desean seguir las tradiciones, el padre Rosemberg Gaviria, párroco de la iglesia de Cubiro, cumple con todas las actividades de la Semana Santa, a la que invita a todos aquellos que visitan la parroquia.
Urdaneta
En este municipio la temperatura no es ningún atractivo pero aún así en Semana Santa son muchos quienes le visitan, por razones familiares o por curiosidad.
Santa Inés, Moroturo, Aguada Grande y Siquisique se distinguen, sobre todo, por sus actividades religiosas y en esta Semana Santa los pobladores y visitantes se congregan en las iglesias para cumplir con el obligado acercamiento a Dios.
Pero en el municipio Urdaneta, Baragua, la población más lejana, es la que mayor cantidad de visitantes recibe.
La paz que en ella se respira, la amabilidad de su gente, lo que queda de sus calles adoquinadas y el silencio de devoción religiosa que se siente en su iglesia llaman a la oración porque los gobiernos, municipal, regional y nacional, se acuerden de sus necesidades en cuanto a servicios públicos.
Pero Baragua también tiene renombre por su gastronomía, sobre todo aquella a base de carne de ganado caprino, como la que en El Pueblito prepara Alejandro Crespo, “Lando”.
Vale la pena ir a Baragua y si es posible quedarse una noche.
Los otros municipios de la entidad larense, como Torres y Crespo, junto a Iribarren, también poseen bellezas naturales, en especial aquellos pueblito enclavados en medio de montañas o cruzados por ríos o quebradas en los que cualquiera disfruta.
Lamentable que en algunos los parques sido abandonados o se encuentran en proceso de recuperación para, próximamente, ponerlos nuevamente a disposición de los larenses o de quienes nos vistan.
Fotos: Archivo/Luis Salazar, Jairo Nieto, Elías Rodríguez