Barquisimeto recibió días atrás la visita del maestro ecuatoriano Patricio Aizaga con motivo de la temporada de conciertos de la Orquesta Sinfónica de Lara prevista para este año. El encuentro del músico con el Sistema regional, fruto del respaldo que brinda Fundamusical Simón Bolívar, cristalizó un concierto que tuvo lugar en el Gran Salón del Hotel Príncipe, donde la audiencia se dio cita para deleitarse con el Concierto para Clarinete y Orquesta de Wolfgang Amadeus Mozart, la obertura de la ópera El rapto en el Serrallo igualmente de Mozart y la Sinfonía Nº 8 de Antonin Dvorak.
El recital contó con la presencia del destacado clarinetista Jesús Antón, como solista invitado.
El programa de concierto seleccionado destacó por su estética y sutileza.
“Las obras de Mozart son delicadas”, nos explicó el director.
“La obertura de la ópera El rapto en el Serrallo requirió de una interpretación muy sutil a fin de encontrar todos los recónditos que tiene la obra”. El rapto es una obra inspirada en la estética musical y folclore turco, que por mucho tiempo estuvo de moda en Viena.
Para el Concierto de clarinete y orquesta “obra delicada como toda la música de Mozart”, la orquesta se enfocó en la estética y en las arcadas a emplearse en la interpretación de la obra.
“Alcanzar el color adecuado para tocar esa música es difícil. El período clásico es el más difícil de interpretar y tocar porque es como un espejo… es uno de los retos mayores en la vida de un artista”.
La Sinfonía Nº 8 de Antonin Dvorak pintó de una forma maravillosa la naturaleza, describe la vena nacionalista del compositor, refleja claramente sus logros.
“Es perceptible en la obra la mezcla de elementos… es una sinfonía maravillosa”.
La orquestación comprendió todas las cuerdas, instrumentos de viento-madera, metales y en la percusión los timbales.
Un honor
En ocasión del evento, EL IMPULSO conversó con Aizaga para conocer los lazos que unen a Venezuela y Ecuador.
“El maestro Abreu ha sido y es para nosotros un mentor extraordinario y maravilloso, su visión de inclusión social a través de la música, no sólo ha tomado a Latinoamérica sino al mundo entero”, nos dijo el titular de la Orquesta Filarmónica de Ecuador, núcleo central de El Sistema en dicho país.
“Para mí es un honor estar en Venezuela dirigiendo varios conciertos con las orquestas de El Sistema, por muchos motivos, uno de ellos la entrañable y profunda relación de amistad y apoyo que tenemos de El Sistema de Venezuela hacia Ecuador desde hace 17 años”.
Aseguró, que continuar el ejemplo de El Sistema en Ecuador, ha sido insignia de libertad e inclusión, una magnífica forma de encauzar vidas de niños y jóvenes de escasos recursos económicos.
Aizaga precisó que a lo largo de 17 años, Ecuador ha crecido gradualmente en el área musical. La visita de maestros venezolanos de manera permanente ha incidido en esos frutos.
Entre otros alcances mencionó la creación de una orquesta profesional de primer nivel denominada Filarmónica de la Juventud Ecuatoriana, constitución de núcleos en las ciudades más importantes y alrededor de 1.500 jóvenes asistidos con el programa y formación docente.
“Se han logrado objetivos muy hermosos. El estreno de la segunda sinfonía de Mahler con aproximadamente 500 jóvenes es prueba de ese trabajo, además de los reconocimientos en otros países, entre ellos el título de Artistas por la Paz de la Unesco”.
Producto de la alianza, han estado en Ecuador los maestros venezolanos Tarcisio Barreto, Alfredo Rugeles, Diego Guzmán, Valdemar Rodríguez, Alexis Cárdenas, Francisco Flores, Omar Azcanio, entre muchos otros.
“Hay una relación de hermandad, una admiración profunda por lo que ocurre en Venezuela. Nosotros tratamos de emular esa acción y nos esforzamos por llevar adelante esta concepción humanista del maestro José Antonio Abreu”.
-¿Qué le ha parecido la Sinfónica de Lara?
-Es una orquesta maravillosa, con un nivel profesional muy alto, estoy muy contento de poder trabajar con ellos. Cada detalle que solicité en los ensayos fue acogido con la mejor disposición y el resultado fue inmediato. Es una orquesta que merece ser apoyada en todo sentido.
-¿Su apreciación del futuro de la música a propósito de este auge de orquestas y movimientos corales?
-Creo que el movimiento de orquestas y coros infantiles y juveniles con contenido social a escala internacional son una respuesta maravillosa ante la avalancha de violencia, inseguridad y tantos factores externos que pueden afectar a la juventud. Es una respuesta maravillosa, anhelamos que el ideal del maestro Abreu siga siendo adoptado por todo el mundo y que nuestros gobernantes den todo el apoyo necesario para que siga floreciendo la música. Esto es una inversión de vida, una inversión social para cualquier nación.
Grata experiencia
El clarinetista Jesús Antón, miembro de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, natural de Yaracuy, también compartió por primera vez junto a la Sinfónica de Lara.
Nos contó que dirige el grupo de música venezolana Pentacorde e imparte clases en la Academia Latinoamericana de Clarinete en Caracas. Fueron sus mentores los maestros Valdemar Rodríguez y Edgar Pronio. Sobre el concierto nos dijo que fue una experiencia que comenzó en San Felipe. Al clarinetista le correspondió hacer el repertorio en Barquisimeto.
“Este concierto fue emblemático no sólo por el instrumento, sino por el compositor. Es una obra espectacular, ícono de la música… para el clarinete es una pieza representativa. La obra es compleja, de mucha dificultad debido a su transparencia y perfección armónica. Es impecable como todas las obras de Mozart”. Finalmente, Antón le aconsejó al colectivo asistir a todos los conciertos de música clásica y a olvidarse del mito de que esté genero es aburrido, prueba de ello es la cantidad de niños vinculados a El Sistema y su desarrollo en todos los ámbitos de su vida.
