La construcción de ALMA comenzó en el año 2003 en una iniciativa financiada por Europa, Estados Unidos, Canadá, Japón y Chile. En la imagen, la primera antena europea es transportada para convertirse en la antena número 16 de 66 que conforman el proyecto.
El observatorio astronómico terrestre más complejo del mundo, el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array (ALMA), acaba de abrir oficialmente sus puertas a los astrónomos. La primera imagen revelada por este telescopio ofrece una imagen de una galaxia imposible de obtener con los telescopios que observan luz visible e infrarroja. Miles de científicos de todo el mundo han competido para estar entre los primeros investigadores que podrán explorar algunos de los más oscuros, fríos y ocultos secretos del cosmos con esta nueva herramienta astronómica.
Alrededor de un tercio de las 66 antenas de radio previstas de ALMA -por ahora ubicadas a solo 125 metros de distancia entre sí, aunque su separación máxima puede alcanzar los 16 kilómetros- forman el creciente conjunto instalado actualmente a 5000 metros de altura en el llano de Chajnantor, en el norte de Chile. Pese a estar aún en construcción, ALMA ya es el mejor telescopio de su clase, como lo demuestra la extraordinaria cantidad de astrónomos que ya ha solicitado tiempo de observación con ALMA.
Y es que ALMA observa la luz del Universo en longitudes de onda milimétricas y submilimétricas, aproximadamente mil veces más largas que las longitudes de onda de luz visible. Esto permite a los astrónomos estudiar objetos muy fríos en el espacio, como las densas nubes de polvo cósmico y gas donde se forman estrellas y planetas, así como objetos muy distantes en el Universo primitivo. Por otra parte, ALMA es completamente diferente de los telescopios ópticos e infrarrojos. Consiste en un conjunto de antenas interconectadas que funcionan como un solo telescopio gigante, capaz de detectar longitudes de onda mucho más largas que la luz visible. Por lo tanto, las imágenes que capta son bastante distintas a las que conocemos del cosmos hasta ahora.
La primera imagen
En los últimos meses, el equipo de ALMA ha trabajado intensamente probando los sistemas del observatorio, preparándose para la primera ronda de observaciones científicas conocida como Ciencia Inicial. Uno de los resultados de estas pruebas es la primera imagen publicada por ALMA, que muestra la imagen de las galaxias de las Antenas, un dúo de galaxias en colisión con formas extraordinariamente distorsionadas.
Mientras la observación en luz visible permite ver las estrellas de las galaxias, ALMA revela objetos invisibles en esa longitud de onda, como las densas nubes de gas frío donde se forman las estrellas. La imagen ha mostrado a los astrónomos concentraciones masivas de gas no solo en el corazón de ambas galaxias, sino también en la caótica zona donde entran en colisión. Allí, la cantidad de gas supera en miles de millones de veces la masa de nuestro Sol, lo que constituye una rica reserva de material para las futuras generaciones de estrellas.
La instantánea se obtuvo usando solo 12 antenas interconectadas -muchas menos de las que se usarán para las primeras observaciones científicas- y con separaciones mucho menores entre ellas, por lo cual no es más que un atisbo de lo que está por venir. A medida que el observatorio crezca y se vayan incorporando nuevas antenas, aumentará exponencialmente la precisión, eficiencia y calidad de sus observaciones.
Los proyectos que vienen
ALMA ha podido aceptar solo un centenar de proyectos para los primeros nueve meses de actividad científica.»Estamos viviendo un momento histórico para la ciencia, en especial para la astronomía, y tal vez también para la humanidad ya que comenzamos a usar el mayor observatorio en construcción hasta la fecha?, ha dichoThijs de Graauw, director de ALMA.
Uno de los proyectos elegidos para la fase de «Ciencia Inicial» es el de David Wilner, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian de Cambridge (EE UU), que usará el telescopio para estudiar AU Microscopii, una estrella que se encuentra a 33 años-luz de distancia y tiene apenas un 1% de la edad de nuestro Sol. A su alrededor hay un anillo de polvo donde podrían encontrar materia prima de planetas aún no descubiertos. Por su parte, Simón Casassus, de la Universidad de Chile, y su equipo emplearán ALMA para observar el disco de gas y polvo que rodea HD142527, una joven estrella que se encuentra a 400 años-luz de distancia.
Aún más lejos, a 26.000 años-luz de nosotros, en el centro de nuestra galaxia, se encuentra Sagittarius A, un agujero negro supermasivo que tiene cuatro millones de veces la masa de nuestro Sol, y que con ayuda de ALMA estudiará Heino Falcke, astrónomo de la Radboud University Nijmegen de Holanda. Y Masami Ouchi, de la Universidad de Tokio (Japón), usará ALMA para observar Himiko, una galaxia muy distante que cada año genera estrellas equivalentes unos 100 Soles y que está rodeada por una nebulosa gigante y brillante.
El proyecto ALMA ya ha sido inaugurado será un conjunto de 66 antenas de radio ultra precisas que trabajará al unísono en una extensión de 16 kilómetros, construido por los socios multinacionales de ALMA en Norteamérica, Asia del Este y Europa.
Foto: Archivo