Arquidioscesana: Vivamos la Semana Santa

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Los cristianos celebramos hoy la festividad litúrgica del Domingo de Ramos en la Pasión del Señor; de esta manera iniciamos en la Iglesia de Catedral a las 8:30 a.m., la liturgia de la Semana Santa que culminará con la Pascua de Cristo. Las palmas dan un carácter festivo a esta celebración, que rememora la entrada de Jesús a Jerusalén, como Rey, montado en un jumento en medio de los cantos de los niños, jóvenes y el pueblo todo. Ellos extienden sus mantos en el camino, al igual que los ramos, que portaban también en sus manos. Había un ambiente de euforia, hasta gritar “¡Viva el Hijo de David, bendito el que viene en nombre del Señor, viva el Altísimo!” Y cuando muchos otros desconocedores de la situación preguntaban ¿quién es este? La gente que acompañaba al Señor le respondía: “Es Jesús, el Profeta de Nazaret de Galilea”.

 

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Antes de su pasión, Jesús quiere proyectar sobre Jerusalén el anuncio consolador acerca de su victoria sobre el dolor y la muerte misma. Por ello, es muy importante revestirse en esa liturgia de los sentimientos de Cristo, unirnos a su Vida, a su Pasión, Muerte y Resurrección; vivir estas realidades salvíficas desde la fe.

 

La palma es un Sacramental que nos vincula a Cristo en ese seguimiento personal y comunitario que pasa cada día por la cruz, y debe terminar en la resurrección, como amistad gozosa y permanente con Dios.

 

La palma bendita no puede ser un objeto mágico que al obtener y tocarla, no hace falta nada más; no debe entenderse así, por el contrario, esa palma bendita es un Sacramental que nos invita cada día a conocer a Jesucristo, a estudiar mejor nuestro catecismo, a ahondar en nuestra doctrina católica; ese ramo bendito es el llamado a orar, a hablar, profunda y sinceramente con Dios; ese signo sagrado es un llamamiento a participar conscientemente en los Sacramentos, a vivir como Dios manda, a tratar de poner en práctica sus valores como son: la honradez, la responsabilidad, la solidaridad, la justicia y la hermandad.

 

Jesús asume su función con toda libertad y la llevó con decisión hasta el final; que también nosotros con toda libertad, fervor y respeto, participemos con Cristo, a través de la liturgia, de su historia, de su salvación.

 

Que podamos con sencillez decir “con mis obras mostraré mi fe”. Iniciemos pues, desde nuestra convicción, el acompañar a Cristo litúrgicamente en su pasión, Muerte y Resurrección, peregrinando con la palma de su victoria y cantando “Bendito el que viene en nombre del Señor”.

DOMINGO DE RAMOS

-JESUS ENTRA TRIUNFANTE  EN JERUSALEN-

                 8:30 am., bendición de los Ramos en la plaza de la Catedral, procesión hasta la Iglesia,  para la Santa Misa.  9:00 am  Santa Misa en Catedral.

6:00 pm. Santa Misa Parroquial. -Traer sus ramos para la bendición-.

 

LUNES SANTO

-JESUS ATADO A LA COLUMNA-

Es un día en el cual celebramos, dentro de la contemplación en la fe, el misterio de Jesús atado en la columna. En este día a las, 5:00 p.m. confesiones, 6:00 p.m. Santa Misa.

MARTES SANTO

-Jesús humildad y paciencia-

Día de meditación acerca de Cristo Humilde y Paciente, como siervo sufriente entrega su vida por la salvación de todos. En este día a las 5:00 p.m. confesiones, 6:00 p.m.  Santa Misa.

 

 

 

 

MIERCOLES SANTO

-Jesús Nazareno con la cruz a cuestas-

Día de reflexión sobre Jesús Nazareno: camino, verdad y vida. En este día a las 5:00 p.m.  Confesiones, 6:00 p.m.  Santa Misa, Procesión con el Nazareno

(Vía Crucis)

 

JUEVES SANTO

– JESUS SUMO Y ETERNO SACERDOTE-

 

                   En este día la Iglesia en Barquisimeto, como pueblo de Dios, participa de un hecho litúrgico fundamental como es La Misa Crismal, presidida por el Sr. Arzobispo a las 9:00 a.m.; a las 6:00 p.m., Misa de la Cena del Señor, lavatorio de los pies; procesión al monumento; a las 8:00 p.m., Adoración Pastoral Mariana; a las 9:00 p.m., hora Santa parroquial.

 

Se denomina Misa Crismal porque en ella el Obispo bendice el óleo de los enfermos, aceite que se utilizará en las Parroquias, para administrar el Sacramento de la Unción de los enfermos, a fin que “cuantos sean ungidos con este, sientan en cuerpo y alma tu Divina protección Señor, y experimenten alivio y consuelo en sus enfermedades y dolores”

 

Luego se bendice el óleo de los catecúmenos, con el cual se ungirán aquellos niños y adultos en la administración del Sacramento del bautismo, a fin de que Tu Señor: “concedas tu fortaleza a los catecúmenos que han de ser ungidos con él, para que al aumentar en ellos el conocimiento de las realidades Divinas y la valentía en el combate de la fe, vivan más hondamente el Evangelio de Cristo”.

 

A continuación se consagra el Crisma, con el cual se ungirá a los niños y adultos, haciéndolos partícipes del sacerdocio de los fieles, como también partícipes de Cristo Maestro y Rey.

 

Con este óleo se ungen a quienes reciben el Sacramento de la Confirmación, haciéndolos soldados de Cristo, difusores y defensores de la fe cristiana.

Además se unge con el Santo Crisma, a los que reciban la ordenación Sacerdotal y Episcopal, por cuanto se implora al Señor “se digne santificar con su bendición este óleo… infunda en él, la fuerza del Espíritu Santo, con la que ungió a sacerdotes, reyes, profetas y mártires, haga que los consagrados por esta unción…exhalen el perfume de una vida santa”.

 

Existe otro hecho importante en esta Misa Crismal. El Arzobispo se reúne con sus colaboradores más inmediatos, los presbíteros o sacerdotes, y todos en su presencia, y ante Cristo, renuevan sus compromisos sacerdotales, como responsabilidades del sacerdocio ministerial. Es un gran signo de unidad del presbiterio con su arzobispo, y es una gran demostración de hermandad sacerdotal ante el laicado católico fundamentalmente y ante la sociedad toda. Los Diáconos Permanentes deberán renovar las promesas de austeridad y obediencia.

 

Así se cumple el deseo de Cristo: “Padre que todos sean uno como Tú y Yo somos uno”. También, el Jueves Santo se celebra la Misa Vespertina en la Cena del Señor. El segundo acontecimiento litúrgico del Jueves Santo, es la Misa Vespertina en la Cena del Señor. Esta Eucaristía de la tarde, realiza muy especialmente la acción de Cristo, que ofrece su testimonio de amor total, amor que instituye la Eucaristía y el Orden Sacerdotal, y entrega a la humanidad el mandato en convicción del amor fraterno, por esencia del ser cristiano. Todo ello manifestado en el servicio mutuo, que se explícita en el lavatorio de los pies, reviviendo el gesto del Señor, que se hace servidor de todos por amor.

 

En esa noche, grande, el Santísimo Sacramento queda expuesto en un altar bellamente adornado, que denominamos “Monumento” para la adoración realizada por los fieles creyentes. Es esta una tradición Eucarística muy hermosa y que fortalece el fervor de nuestro pueblo; en todos los templos católicos, se escuchará como plegaria esta invocación “Bendito y alabado sea Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar, sea por siempre bendito y alabado”.

Ojalá y podamos visitar esta noche “Los monumentos eucarísticos” de nuestras parroquias.

VIERNES SANTO

– JESUS ES SEPULTADO-

En este día en la catedral, a las 8:00 a.m., adoración: cursillistas y lectores; a las 9:00 a.m., Adoración Pastoral Infantil y Catequética; 10:00 a.m., adoración Pastoral de la Salud; y a las 5:00 p.m., celebración de las siete palabras, celebración de la pasión del Señor, adoración de la Cruz, procesión con el Santo Sepulcro (Vía Crucis).

 

Las siete palabras: es la predicación de las siete palabras como una reflexión  sobre las expresiones redentoras de Cristo en la Cruz.

 

Por la tarde, la liturgia se estructura en tres momentos especiales:

La proclamación  de la Pasión del Señor: rememora los sufrimientos de nuestro Redentor por nuestra salvación. Evitemos el pecado, causa de su muerte y artífice de la destrucción del hombre.

 

La Oración Universal: consiste en diversas plegarias donde se ora por la Iglesia, por el Papa, por la Jerarquía, los fieles, por los catecúmenos, por la unidad de los cristianos, por los que creen en Cristo, por los que no creen en Dios, por los gobernantes, por los que padecen necesidad.

 

La adoración de la Santa Cruz: la cruz, instrumento de muerte y de victoria, va a ser exaltada y venerada. Ella es signo del triunfo de Cristo, sobre el pecado y sobre la muerte. Es el momento cumbre de la acción litúrgica de este día, por ello el pueblo canta “Miren al árbol de la Cruz donde estuvo clavada la salvación del mundo, vengan a adorarlo”.

 

En este día cuando el pueblo hace una genuflexión ante la Cruz, en señal de adoración a Cristo, y estampa un beso al crucifijo; se suele escuchar aquella partitura ya clásica para nosotros como música sagrada el “Popule Meus”, ¡Oh pueblo mío, que te he hecho, en qué te he ofendido, respóndeme…

 

Que nosotros sepamos tomar nuestra propia cruz, a fin de poder optar a la resurrección final, Cristo nos sigue diciendo: “Quien quiera seguirme que tome su cruz”.

 

Inmediatamente se distribuye la Sagrada Comunión a los que debidamente preparados desean recibirla. En éste, es el único día del año en el cual no se celebra la Santa Misa.

 

Por la noche, es tradición la Procesión del Santo Sepulcro de Cristo Muerto. En muchas partes también se celebra el ejercicio piadoso del Vía Crucis.

 

SABADO SANTO

– A LA ESPERA DE LA RESURRECCION-

 

A las 8:00 de la noche, se inicia el solemne comienzo de la Vigilia Pascual, bendición del agua y del fuego, el cual se desarrolla de la siguiente manera:

 

Bendición del fuego y preparación del cirio: esta liturgia, representa a Cristo que pasa de la muerte a la vida. Es la cruz que quiere iluminar los corazones de todos con una fe radiante. De esta suerte se realiza la procesión solemne con el Cirio Pascual encendido, símbolo de Cristo que es ayer y hoy, principio y fin, Alfa  y Omega, suyo es el tiempo y la eternidad a Él el canto del pregón Pascual como himno de victoria porque es la noche radiante en la que Cristo resucitó “Qué noche tan dichosa, en que se une el cielo con la tierra, lo humano y lo Divino”. La verdad siempre será luz y Cristo es la verdad. Es la noche de la luz.

 

Liturgia de la Palabra: acá se hace resaltar por medio del texto bíblico, el paso de la primera creación a la nueva creación en Cristo nuevo Adán.

Oración Universal, bendición del agua Bautismal y Renovación de las promesas bautismales, es decir, la Liturgia Bautismal.

 

Los bienes y dones de la salvación se hacen efectivos en el hombre principalmente por el bautismo, ya que por él, el ser humano penetra en la nueva vida y se incorpora a Cristo de una manera viva y total por el bautismo, además, nos hacemos Iglesia, pueblo de Dios. Después del canto de las letanías, en esa noche se bendice el agua bautismal, a fin de que sepultados con Cristo en su muerte, por el bautismo, resucitemos con Él a la vida.

 

Cuando no hay bautizados se bendice el agua común, a fin de que como Sacramental nos comprometa con los valores del Evangelio, no puede ser un elemento supersticioso: vivamos nuestra vocación bautismal. Por otra parte, los fieles renuevan las promesas bautismales, como renuncia al mal y adhesión a Dios, habiendo realizado la Oración Universal.

 

DOMINGO DE RESURECCION

– JESUS RESUCITA GLORIOSO Y ESTA VIVO-

 

En este día a las 8:30 a.m., y a las 6:00 p.m., Santa Misa de Resurrección.

La liturgia de la Eucaristía: es el principio y el culmen de nuestra vida cristiana. En este amanecer podemos cantar alborozados: “Resucitó, Resucitó, Resucitó. Aleluya, Aleluya, la muerte, donde está la muerte, donde esta mi muerte, dónde está su victoria, Resucitó, Resucitó, Resucitó”.

 

Resucitemos al bien. ¡Felices Pascuas de Resurrección!

Mons. Antonio José López Castillo

Arzobispo de Barquisimeto

 

 

  La Semana Santa es tiempo de fe, es un periodo de reflexión en la pasión, Muerte y Resurrección de Cristo.

 Es una jornada de asueto para estrechar los lazos de amistad y fe familiar, a través de la comunicación y comprensión.

 Semana Santa no es tiempo para excesos, ni alcoholismo, ni destrucción de tantas vidas en las carreteras.

 Respeta las leyes de tránsito, sé educado con todos, no ensucies el medio ambiente.

 A donde vayas, busca el templo de tu preferencia y participa de los oficios litúrgicos. Cuando esto te sea difícil, sigue la programación de Semana Santa, por los medios de comunicación.

 

 

 

Evangelio

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas (22,14–23,56)

Salmo  21

 

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Al verme, se burlan de mí,
hacen visajes, menean la cabeza:
«Acudió al Señor, que lo ponga a salvo;
que lo libre, si tanto lo quiere.»

Me acorrala una jauría de mastines,
me cerca una banda de malhechores;
me taladran las manos y los pies,
puedo contar mis huesos.

Se reparten mi ropa,
echan a suertes mi túnica.
Pero tú, Señor, no te quedes lejos;
fuerza mía, ven corriendo a ayudarme.

Contaré tu fama a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré.
Fieles del Señor, alabadlo;
linaje de Jacob, glorificadlo;
temedlo, linaje de Israel.

 

Bono Arquidiocesano

“Queda una semana para retirar los premios del Bono Arquidiocesano, la Arquidiócesis estaría muy contenta de que las personas ganadoras retiren su premio

Los premios que no sean retirados, la Arquidiócesis dispondrá de ellos para que sean donados»

 

 

 

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