La falta de decisiones por parte del Ejecutivo, para sincerar los precios de un conjunto de productos alimenticios que se encuentran congelados desde hace más de 18 meses, es uno de los factores que está contribuyendo a que la escasez y desabastecimiento que existe de estos rubros se intensifique.
En efecto, continúan presentándose dificultades con la harina precocida de maíz, con el aceite de mesa, leche en polvo, papel sanitario, azúcar, carne regulada, sardinas en lata, harina de trigo, pastas, rubros que solamente pueden ser adquiridos entre los comerciantes informales, donde es necesario pagar precios que están muy por encima de la regulación.
La industria farmacéutica reconoció la semana pasada, a través de sus principales voceros, que en estos momentos se presentan fallas que oscilan entre el 35% y 40%, fundamentalmente porque no existen los dólares para atender las obligaciones que tienen los importadores con sus proveedores internacionales.
Preocupa a los sectores productivos, que el Gobierno metido de lleno en un proceso electoral, en estos momentos no está tomando decisiones en materia de ajustes de precios, por cuanto el costo político derivado de medidas de este tipo es demasiado alto, creándose una situación de alta tensión en el país.