#Opinión: Líder carismático. Autor: Rafael Bayed

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Líder carismático

Llegó la hora señalada por el Altísimo, después de dos años de sufrimiento, por un cáncer, así anunciado por él mismo y luego por sus voceros oficiales, sin parte médica, creando incertidumbre sobre su verdadero estado de salud, Hugo Chávez, regresó a la casa del Creador.
Llegó al poder con la intención de promover una revolución, para mejorar las condiciones de las clases más desposeídas, creó la metodología de las misiones que fueron aprovechadas por funcionarios y colaboradores para enriquecerse, teniendo este proyecto una viabilidad relativa: no todos los recursos llegaron al pueblo, todos aprovecharon la presencia de cabildeadores amorales para tener participación del reparto de beneficios para el pueblo y el pueblo sigue creyendo que todo va en función de ellos.
Criticamos al comandante durante casi tres quinquenios por haber desviado la propuesta electoral del ’98 y plegarse al proyecto de los malvados hermanos Castro, que lo único que les importa es la confrontación de los pueblos por su obsesión de establecer una sociedad igualitaria, en un Estado totalitario.
Nadie le puede negar sus condiciones carismáticas, líder por naturaleza equivocado o no la historia lo dirá. Preocupa sin embargo la excesiva personalización del proceso de cambio. El proceso bolivariano debe consolidar una dirección colectiva si no quiere perecer en la lucha por el legado del difunto.
El reto es ser realmente proceso y bolivariano y no únicamente estructura y «chavismo». También preocupa el excesivo amoldamiento a los parámetros del viejo Estado, que no olvidemos que no se reformo sino que se adoptó, y dentro del cual convive lo nuevo y lo viejo: la vieja judicatura, el exceso de burocracia, el viejo entramado empresarial, la vieja política, los viejos medios, los viejos académicos e intelectuales, los viejos hábitos, prejuicios y estructuras que si bien algunos van cambiando a mejor, otros se mantienen o incluso avanzan. Dentro y fuera del «chavismo». Y es que hay que ser conscientes de que no es oro todo lo que reluce. De que todo gobierno atrae hacia sí no sólo a personas con vocación de servicio público, sino también a «trepas», chupópteros y aprovechados, en número y grado proporcional a los privilegios y «manos» que puedan conseguir. Y no hay duda de que casi 15 años de gobierno, y más en una sociedad de capitalismo rentista, clientelar, burocrático, tienen sus consecuencias, en forma de desarrollo de negociados, nepotismos y toda clase de favoritismos.
Los llamados a asumir el poder del Estado para una nueva etapa, indispensable aferrase a la Constitución Nacional, no buscar interpretaciones para satisfacer vanidades ni intereses personales; el artículo 233 de la Constitución Bolivariana de la Republica, es clara, no es el momento de protagonismos fatuos sino seguir el hilo constitucional.
Las Fuerzas Armadas Bolivarianas deben garantizar el cumplimiento de la Constitución Nacional ajenos a proyectos políticos que modifican y tergiversan la fuente de la normativa plasmada por el Constituyente en 1999.

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