Creyendo que la marea había bajado, que los cuerpos de seguridad se olvidaron de todo lo que había ocurrido, como era la muerte de un sacerdote, un taxista y comerciante en la zona sur de la ciudad crepuscular, apareció nuevamente “El Mono”, un adolescente de 15 años señalado de ser integrante de la banda “El Tico” y quien está involucrado en al menos tres homicidios.
Este jovencito desde el 18 de febrero del presente año, luego de que fuese asesinado en el distribuidor El Turbio, ubicado en la avenida Ribereña, la noche del domingo 17 de febrero, el sacerdote José Ramón Mendoza, párroco de la iglesia San Juan Evangelista, escapó hacia la capital de Venezuela, Caracas.
Autoridades del cuerpo detectivesco de la Guardia Nacional y de la Policía del estado, estaban tras sus pasos, porque se había convertido en uno de los prófugos de la justicia más buscado, porque Enrique Humberto Colina Fréytez (24) “El Tico”, jefe de la banda, cuando fue detenido en el estado Cojedes, el 21 de febrero, confesó que “El Mono” era la persona que cargaba el arma, específicamente el revólver calibre 38 con que le segaron la vida al párroco.
En vista de que el adolescente no fue nombrado más por el barrio, ni por los medios de comunicación, el muchacho confiado regresó a su hogar en Macuto, sin embargo funcionarios de la Guardia Nacional, adscritos al Desur Lara, se encontraban activados y con colaboración de personas de la misma comunidad supieron que se encontraba nuevamente por la zona, así lo dio a conocer el general Octavio Chacón, jefe del Core 4.
Una comisión integrada por doce castrenses, la noche del jueves, se trasladó hasta el barrio Macuto y al avistar al joven lo sorprendieron en plena vía pública. El mismo no opuso resistencia, se vio rodeado y no le quedó de otra que quedarse tranquilo ante su aprehensión. Chacón indicó que los uniformados conversaron con “El Mono”, quien presenta falta por tenencia de droga y negaba ser de la banda de “El Tico”, pero al cabo de un rato confesó haber sido el autor material del crimen del transportista Franklin Vicente Pérez Suárez (46), hecho perpetrado el 8 de enero del presente año, además de cooperador en el homicidio del sacerdote y está siendo investigado por la muerte de Roberto Armando Guillén Pérez (41), hecho cometido el 20 de enero, quien también fue asesinado debajo del distribuidor El Turbio.
“El Tico” jefe de la banda, “El Titi” y ahora con la aprehensión de “El Mono”, la banda está desmantelada casi en su totalidad, aunque siguen tras la pista de José Gregorio García (26) “El Caraotica”, miembro de dicha organización delictiva.
Secuestro frustrado
El jefe del Comando regional 4, informó sobre la detención de dos personas más. Se trata de Jesús Alejandro Castillo Aguilera (22) y Roberth Miguel Serradas Hernández (25). Estos jóvenes los habrían dejado otros delincuentes en una moto en Barici, específicamente en la urbanización El Parral, y se metieron a una casa que está en la calle Araguaney. Al parecersorprendieron a la dueña de la vivienda que iba llegando con su niño de 1 año, la sometieron y la tenían secuestrada dentro de la casa.
Por fortuna, los vecinos observaron el movimiento extraño y se encontraron con motorizados de la Guardia Nacional y lograron detenerlos y liberar a la familia.A estos sujetos se les incautó un revólver calibre 38.
Por otra parte, el general Chacón explicó que se habían retenido de forma preventiva la cantidad de 25 vehículos de una empresa ubicada al este de la ciudad, porque se habían recibido varias denuncias sobre acaparamiento y sobreprecio. Allí el Indepabis se encargará de investigar la legalidad de los vehículos y si cumplen con todo lo establecido en la ley.