Afortunadamente, cuando una enorme y vieja ceiba se desplomó sobre parte de la escuela Ana Gloria Terán, en el caserío Agua Salada, parroquia José María Blanco del municipio Crespo, los 28 niños del cuarto grado se encontraban en el recreo.
El teatro, que a falta de salones era utilizado para clases, quedó completamente destrozado y, milagrosamente, los tres niños que allí se encontraban sólo sufrieron lesiones leves pues quedaron debajo de las mesas pupitres que ocupaban y de la improvisada sala de clases sólo quedaron escombros.
Igualmente hubo deterioro en la cocina, los baños y en la cerca perimetral.
Yulibeth Martínez, directora del plantel, que registra una matrícula de 168 alumnos, dijo que el mismo tiene una buena dotación pero una mala ubicación: está rodeado por enormes árboles de especies como ceiba, cedro, candelero y bucare, algunos de los cuales amenazan con caerse por su antiguedad.
Además, por el lado oeste pasa una quebrada que más de una vez se ha desbordado e inundado parte de la escuela.
Hace algunos meses la misma comunidad tuvo que cortar parte de otra ceiba que amenazaba con caer sobre el techo de la institución.
Agradeció en esta oportunidad la rápida llegada de cuadrillas de Protección Civil de Crespo, Alcaldía, Gobernación y consejos comunales de Campo Alegre, Sorajito y Agua Salada para despejar las áreas afectadas.
“Tenemos cuatro años luchando por la construcción de otros salones de clases pues las existentes no son suficientes para la matrícula”, dijo por su parte Mireya Ledezma, promotora social de la zona.
Recordó que varias veces han recurrido al Ministerio del Ambiente para que se elimine el peligro que representan los árboles alrededor de la escuela pero no han logrado nada y el riesgo persiste.
“Damos gracias a Dios porque al momento de caer ese árbol los alumnos del cuarto grado estaban en el recreo y no en el improvisado salón y así se evitó una tragedia”, manifestó Maritza Delgado, representante de la comunidad.
Este viernes en la tarde aún la cuadrilla de Protección Civil Crespo estaba dedicada al corte del árbol derribado para luego recoger los troncos y llevarlos a otro lugar.
“Pero la escuela sigue en peligro, por los árboles y por la quebrada pues se acerca la temporada de lluvias y siempre el agua que viene de la parte alta se sale de su cauce y se mete en el patio y hasta en los salones”, advirtió Mireya.
Junto a Maritza y la profesora Yulibeth Martínez coincidieron en la necesidad de que el Ministerio del Ambiente canalice la quebrada para no seguir pasando sustos cada vez que llueve fuerte sobre la zona.
Por los momentos las clases en la escuela Ana Gloria Terán están suspendidas y si para el primero de abril no se han solucionado los problemas originados por la emergencia del jueves, esa suspensión se prolongará, afirmó la directora.
Además, insistió en la necesidad urgente de construirles otras salas de clases, así como de un comedor pues en la actualidad los niños reciben la comida en la cocina y comen en las aulas, algo que consideran ilógico y necesario resolver cuanto antes.