#Opinión: Por la puerta del sol Valiente sexo débil Autor: Amanda N. de Victoria

En esta ocasión he querido dedicar este artículo a las mujeres valientes de este país, a las que tienen guáramo, garras, a las que no se arrastran ni les tiemblan las rodillas para enfrentar al más fiero gorila. Dedico igualmente a las que saben donde están paradas, hacia dónde van, qué futuro defienden y quieren. Admiro y aplaudo aquellas mujeres que de débil no tienen nada; son las que en su fiera lucha saben donde retoñan los más bellos laureles de la gloria…
Dos mujeres inigualables han inspirado el tema de hoy. Son ellas: Socorro Milagros y María Corina Machado, admirables por su valentía, su inteligencia, su amor a la patria, a la libertad y a su gente. Solo basta verlas y escucharlas para darse cuenta que dentro de su espíritu circula savia de héroes. Revestidas de gran valor defienden su patria, sus ideales y libertad con la firmeza de su extraordinaria bravura.
Cuando pasen los años la historia destacará el heroísmo de estas mujeres, su dedicación y esfuerzo igual que el de tantas otras que no se mencionan, a quienes recordarán con orgullo y agradecimiento las venideras generaciones. En el momento presente son ellas protagonistas e intérpretes del sentimiento de una nación que sufre, que han devastado, afrentado, desmoralizado y desunido quienes la gobiernan desde hace varios años. Cuando termine la lucha que se libra en este momento tan difícil no cabe la menor duda de que con laureles inmarcesibles las coronará la historia.
Cuando uno repasa la historia recuerda con tristeza las injusticias cometidas contra la mujer a la que hicieron invisible, restando importancias a su protagonismo y colaboración en los campos de batalla, negreadas por el egoísmo y desconocimiento de su capacidad e inteligencia.
A veces la mujer ha tenido que olvidar todo lo que siente, lo que es, lo que hace, su comodidad y sus mismos sueños…para dedicarse a luchar por la patria y por otros seres, golpeados por la injusticia y el abuso.
Ellas fueron protagonista de la historia de ayer y lo son hoy con mayor vehemencia, ante el peligro de ver hundido el país en una tiranía inclemente, inescrupulosa, codiciosa, tenebrosa. Saben que si no hay lucha el país terminará de caer al fondo del abismo. La mujer ha demostrado lo que es capaz de hacer cuando atentan contra sus derechos humanos, su familia, su casa, cuando le quieren arrebatar su libertad, amordazan sus derechos y pretenden anular sus ideas, etc.
El concepto aquel de que la mujer está para ser sumisa, servir, satisfacer al hombre, parir hijos y ser ama de casa, ya no es válido. Si ayer se taparon sus brillos, hoy ha demostrado que tiene luz propia y puede brillar más que el mismo hombre en cualquier campo, profesión u oficio.
La grandeza de los héroes no hubiera sido tan destacada si no hubiera sido por aquella olvidada mujer que ha tenido que luchar, incluso más que el hombre para hacerle frente a todo lo concerniente al hogar y a cualquier trabajo por duro que sea.
En el tiempo del génesis la mujer mostró todo su esplendor. Cultura, crecimiento y fe no tendrían lucidez si ella no hubiera estado allí llenando espacios, ligadas al espíritu creador masculino, su igual.
Siempre ha sido la inteligencia educadora y guía del hombre. Por ellas expresó Paúl Sartre una de las más lúcidas cabezas de la intelectualidad: “Lo importante no es lo que ellas han hecho de mí, sino lo que hago yo mismo, con que han hecho de mí”
Las injusticias y discriminación de su condición de mujer, es lo que las ha llevado a buscar la igualdad que tras muchas luchas, han ido logrando poco a poco. En el año 1946 Mary Bead llamó a los historiadores a debatir su libro “Womens as Force in History” que habla del protagonismo y colaboración positiva de la mujer en la historia. Hoy por hoy cualquiera reconoce que la mujer ni ha sido ni es, ni será nunca un apéndice del hombre.
La lucha por la igualdad ha dado sus frutos, a excepción de aquellos países cuyas leyes perversas las anula y las enclaustra detrás de un chocante trapo como si ellas fueran una vergüenza, invento de un sistema cruel y bárbaro.
Fueron muchas las teorías científicas que buscaron por todos los medios demostrar la inferioridad física e intelectual de la mujer. Su verdadera emancipación tuvo lugar en el momento mismo, en que logró sacudirse el ominoso yugo de la ignorancia.
Continúa el próximo sábado.