Millones de mujeres mueren cada año a causa del cáncer de cuello uterino, a pesar de que su prevención es la más sencilla y se encuentra disponible en casi todos los centros de salud públicos y privados de la nación.
Se trata de la prueba de Papanicolau, mejor conocida como citología, en donde el ginecólogo toma una pequeña muestra de las células encontradas en el cuello uterino de la mujer, que luego es evaluada por el especialista en anatomía patológica, quien determinará la buena salud de la muestra o por el contrario, el tipo de lesión que pudiera tener.
Estas lesiones se clasifican en Nic1, Nic2, Nic3 o carcinoma in situ y cáncer cervical invasivo, dependiendo del avance de la infección. Para cada uno de los casos existe tratamiento, pero lo más importante es acudir al menos una vez para que el ginecólogo tome la prueba citológica, después de tener su primera relación sexual.
Existen mitos acerca de esta evaluación, como el dolor que puede producir, sin embargo, el médico utilizará los implementos acorde con la paciente para que la toma de la muestra sea indolora, sólo sentirá una pequeña molestia.
Otras mujeres prefieren evitar asistir al ginecólogo por el temor de conocer un resultado no favorable, en estos casos, deben tener en cuenta que mientras más temprano se detecte algún tipo de lesión, los tratamientos serán menos invasivos y con mayor probabilidad de curación total.
En Venezuela el cáncer de cuello uterino constituye un grave problema de salud pública, ya que tiene una incidencia de 27 casos de 100.000 habitantes, y es la primera causa de muerte por cáncer en las mujeres, seguido por el cáncer de mama.
Entre 35 y 40 mil casos de cáncer de cuello uterino se diagnostican cada año en el país, una gran parte en estadios avanzados, lo cual hace más difícil su curación.
El cáncer de cuello uterino constituye la primera causa de muerte en la población femenina, pues provoca alrededor de 2.500 fallecimientos anuales en Venezuela, detectándose diariamente 10 casos nuevos.
Si la muestra para la citología no es tomada de forma correcta se pueden obtener falsos negativos, es decir, que el resultado no indique ningún tipo de cambio celular cuando sí existe. Para ello, en la actualidad se cuenta con la colposcopia, un procedimiento médico en el cual se utiliza un equipo especial, llamado colposcopio, para mirar dentro de la vagina y examinar detenidamente el cuello uterino.
Según datos del Departamento de Educación, de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela el cáncer de cuello uterino es el segundo más frecuente en todo el mundo, y se registran cada año unos 500 mil casos de cáncer cervical.
Lo más alarmante es que el 80% ocurre en América Central y del Sur, región del Caribe, África y parte del Asia, donde la incidencia de cáncer de cuello uterino es 3 veces mayor que en Estados Unidos y Europa.
Cáncer de vagina
“Hay mujeres que se han realizado histerectomía, y después se olvidan de asistir al ginecólogo porque creen que no tienen razón alguna para la evaluación médica. Sin embargo, en la vagina también pueden presentarse lesiones, e incluso hemos diagnosticado cáncer en esta área”, explicó Franklin Arráiz, médico gineco-obstetra y docente universitario.
Explicó que el cáncer de cuello uterino o cervical afecta a la parte inferior y estrecha del útero, la cual desemboca en la vagina.
Si la histerectomía se llevó a cabo debido a una condición precancerosa o cancerosa, tendrán que seguir tomándose muestras del final del canal vaginal para determinar cambios anormales.
Ahora bien, si la causa o condición no fue cancerosa debe mantener su control ginecológico con regularidad como parte del cuidado de su salud y en la frecuencia que le indique su ginecólogo.
Por otro lado, recomendó a las mujeres no depilarse de forma total la zona vaginal, porque esto hace que los folículos de la piel queden abiertos y expuestos a las bacterias con mayor facilidad.
Virus de Papiloma Humano
Aunque no es hereditario, un 99,7% de los casos son causados por la infección denominada Virus de Papiloma Humano (VPH), esto no quiere decir que todos los serotipos de este virus generen el cáncer, sólo una minoría llamados oncogénicos, para los cuales existe una vacuna de prevención.
“Venezuela, Paraguay y Surinam son los únicos países de América donde no se ha aprobado la vacuna contra el VPH, la cual ha demostrado efectividad y se debe colocar en niñas entre los 11 y 13 años de edad, antes de que comiencen su vida sexual”, explicó Arráiz.
Mencionó que países como Australia también colocan la vacuna contra el VPH a mujeres adultas, porque aunque tenga el virus en su cuerpo, puede protegerse de los serotipos más oncogénicos (presentes en la inmunización) y también los que producen verrugas genitales.
Existen cerca de 200 tipos de VPH, de estos, unos 40 infectan zonas genitales, pero los de mayor importancia en la aparición de este tipo de cáncer son los genotipos 16, 18, 31, 33 y 45. También son frecuentes el 6 y el 11, pero no en relación con cáncer sino con la aparición de verrugas genitales.
En el hombre es asintomático, pero, la mujer es la que sufre la enfermedad.
En las mujeres, los VPH de alto riesgo pueden conducir al cáncer en el cuello uterino, vulva, vagina y ano. En los hombres, pueden conducir al cáncer del ano y del pene.
La lesión más característica de la infección por VPH es el condiloma acuminado (condilomatosis) que se observa en la piel externa de los genitales con verrugas que parecen pequeños coliflores de 2-5 milímetros de diámetro presentes en los genitales externos y alrededor del ano.
Aunque no molestan producen irritación y sangrado con el roce de la ropa, además son desagradables a la vista. Esta lesión es infecciosa para la pareja pero rara vez genera cáncer.
La infección por VPH se transmite por contacto sexual, sin embargo no es imprescindible la penetración, porque puede adquirirse por contacto piel con piel de la zona genital.
Cinco recomendaciones
1) Acudir de forma anual al ginecólogo
2) Utilizar métodos de barrera al momento de tener relaciones sexuales, el preservativo es hasta ahora el único que muestra eficacia
3) Mantener adecuadas normas de higiene íntima
4) Cumplir con los tratamientos médicos indicados para las infecciones y lesiones sospechosas
5) Evitar tener múltiples parejas sexuales
El virus se reactiva
Estudios recientes indicaron que los casos de infección producida por el Virus de Papiloma Humano (VPH) pueden reactivarse en mujeres que bordean los 50 años o después de la menopausia.
“Esta reactivación, se da probablemente porque las mujeres de mayor edad o post-menopáusicas tienen un sistema inmunológico debilitado, a diferencia de las mujeres en edad reproductiva quienes ofrecen una mejor respuesta ante la infección del virus y en general ante todo tipo de infecciones”, manifestó Wilfredo Barrios Cahuana, ginecólogo de Oncogyn.
Es decir, aunque este virus no se encuentren activos, al momento de disminuir las defensas pueden volver a aparecer los síntomas y sus consecuencias para el cuello uterino.
“Aún los estudios no son concluyentes pero se continúan realizando a fin de elaborar nuevas estrategias de prevención. Apoyados en mantener un sistema inmunológico saludable con una alimentación balanceada, práctica de deportes, ejercicios físicos, evitando los hábitos nocivos como el alcohol y el tabaco”, finalizo Barrios Cahuana.
El examen de Papanicolau, una prueba de rutina a la que las mujeres se someten cada uno o dos años para detectar cáncer cervical, podría ayudar a identificar también otros cánceres, según una investigación divulgada esta semana.
Esta nueva prueba aprovecha el fluido extraído del cuello uterino para examinar la presencia de ciertas mutaciones específicas del cáncer.
Los científicos esperan identificar así casos de cáncer de ovario y de endometrio, dos de los cánceres más comunes y mortales que, hasta ahora, no podían detectarse con una prueba de rutina.
En el estudio piloto, la prueba logró detectar con precisión los 24 tipos de cáncer de endometrio, una tasa de éxito del 100%, según los resultados publicados en la revista estadounidense ‘Science Translational Medicine’.
