Anger Pastor de La Rosa Timaure, de dieciocho años de edad, y Joel Ramón López García con tan sólo dieciséis, se acostaron la noche del domingo un poco tarde y jamás sospecharon que serían acechados por la muerte.
En plena madrugada, dos disparos se escucharon en la oscuridad de la noche y seguido una discusión corta, varios vidrios partidos y seguidamente otros disparos.
Antes que los habitantes de la comunidad Esperanza I del kilómetro 5 vía a Pavia, se dieran por enterados, una vecina había advertido un movimiento fuera de lo común en las cercanías, dado “los perros estaban ladrando mucho y fue cuando me paré de la cama y me asomé por la ventana”.
“Todo fue muy confuso”
“Vi a dos jóvenes subir caminando (por el camino de tierra que da acceso al caserío) uno de ellos con una franela oscura y un objeto en la mano envuelto en una bolsa como negra; el acompañante tenía una chaqueta, y unos diez minutos más después, escuché con pavor dos disparos y unos golpes a una puerta”, relató la vecina que solicitó discreción por temor.
Acotó que se escondió debajo de la cama y sólo escuchó pasos precipitados “varias personas”, “pero el ladrido de los perros y el pánico, me impidió saber que ocurría. Todo era muy confuso”.
Contó que la gente no quería salir de sus casas y que entre murmullos narraban que se escuchó una moto y un carro acelerar a lo lejos.
Dijo que fue más tarde, cuando ya había amanecido, cuando se enteraron con precisión del infausto suceso.
El hecho
Según versiones de los vecinos, Anger Pastor de La Rosa Timaure (18) vivía en la casa donde ocurrió el suceso con Isvely Suárez, su joven esposa, con avanzado embarazo y un hijo de un año.
El sábado, Isvely asistió temprano al culto y decidió pernoctar en casa de su madre, en las cercanías de La Esperanza I, debido asistiría a una vigilia, hecho que le salvó la vida.
Su esposo, Anger Pastor, tenía una bodega en la propia residencia, por esa razón, no asistió a la vigilia, aunque salió de la casa y regresó más tarde acompañado de Joel Ramón López García, (16), alias El Pelón, su amigo de la infancia, a quien le decía primo por afecto.
Esa noche, ambos se quedaron en casa, porque según versiones, “el primo” tenía conflicto con sus padres.
A las cuatro de la madrugada aproximadamente, Anger y Joel, fueron acribillados de combinados disparos de escopeta y nueve milímetros.
Los asesinos rompieron los vidrios de la ventana, por donde dispararon también, y abalearon el cilindro de la puerta, rápida acción que no permitió que los jóvenes pudieran escapar, cayendo abatidos con heridas múltiples.
Otros vecinos describieron que Lidiemar de La Rosa, madre de Anger Pastor acudió al sitio corriendo envuelta en un mar de llanto, gritando “me lo mataron” frase repetida en el trayecto, pues vivía en el sector.
El suceso fue levantado por dos funcionarios del equipo de investigadores del Cicpc Delegación Zona Industrial de Barquisimeto, mientras que varios funcionarios de la Policía de Lara, custodiaban la escena del crimen.
Numerosas personas se apiñaron en las cercanías para ver los cuerpos, que a las diez y veinte de la mañana de este domingo fueron sacados e introducidos en la furgoneta del cuerpo de investigaciones, escenario éste en el cual los familiares de los jóvenes fallecidos rompieron en llanto.
Ambos cuerpos, bañados en sangre, fueron trasladados a la Sala Patológica del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda, a donde llegaron cuarenta minutos más tarde.