Los venezolanos hemos estado viviendo durante catorce años de una mentira detrás de otra, cuando en 1998, Chávez, prometió oxigenar las instituciones del Estado democratizando sus funciones, mejorar las condiciones de la sociedad en general, garantizar la salud del pueblo, acabar con la corrupción, adecentar la justicia, despolitizar las Fuerzas Armadas, mintió y uso todas las artimañas habidas y por haber para perpetuarse en el poder, agravando la situación social y política de la nación, que ahora quiere continuar el usurpador.
En tres quinquenios, la mayoría de los miembros del alto gobierno son los más abyectos, genuflexos, quienes se coronan cargados de ignorancia y sumisión. Por supuesto al ingresar a la cúpula forman parte de una sociedad de cómplices, comparten el festín del expolio del erario e incautación de bienes privados, escasea la valentía, la cobardía tiene rostro de hiena, existe una parcialización politiquera y cuidapuestismo, amenazan con las armas a quienes no aceptamos el castro-comunismo; saben que el botín seduce, obliga, somete, castra y lo importante es el control del poder, al llegar a formar parte del mismo, dan un salto peculiar en jalabolismos, lisonjas similares y se observa un enfermante servilismo y nauseabundas adulaciones.
Al formar parte del equipo, quieren callar la verdad, un silencio culpable, habitan en el subsuelo de la miseria, al llegar al poder comienza el lenguaje del odio, resentimientos, lucha de clases, enfrentamiento entre hermanos, se siembra y se infunde desde lo más alto del poder, se promueve y fomenta la violencia, incluyendo a los que tienen la obligación de garantizar la paz y tranquilidad de la nación.
Desde 2011 comienza el proceso de la trama de la enfermedad del Comandante, se niega a tratarse en Venezuela, ni en ninguna otra parte que no sea Cuba, única y exclusivamente para garantizar el secretismo de la enfermedad. Dos años de pura apariencia, creando la mayor incertidumbre en la población sobre el estado físico de Chávez. La manera más fácil para un gobierno democrático de acabar con las especulaciones sobre la salud de un Presidente es la divulgación integral de los exámenes médicos, lo que disiparía cualquier duda, pero no, los sistemas iguales a este todos son iguales, nadie tiene derecho a saber nada, para poder seguir sedimentando el comunismo en la Republica; incertidumbre permanente, llega la consecuencia de la mala praxis y fallece el Presidente de la Republica, sigue el silencio y el engaño, también nubes de dudas sobre la fecha y verdad sobre el deceso del Presidente, ni cuándo ni dónde, habría que hacer un examen forense, para determinar cuál fue la gravedad de la enfermedad, su desarrollo, cuándo fue su deceso y cuáles son las condiciones de los restos, para que la nación y el mundo sepan la verdad de la enfermedad y muerte del difunto Presidente.
Todas las especulaciones se deben a la falta de transparencia con que el gobierno venezolano, como todas las dictaduras, trata la enfermedad y muerte del Presidente, como si ella no fuese un asunto de interés público.
A la muerte del Presidente, quieren continuar con un lastimoso ejemplo de subordinación ética al dictado egoísta de pequeños cálculos politiqueros, o sea aprovechar la muerte, para provecho propio.
#Opinión: La verdad no crea incertidumbre Autor: Rafael Bayed
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