Experta en el tema explica que cuando la princesa conoce a su príncipe azul no van a vivir dentro de un cuento de hadas; por ello, es importante dejar de pensar en la perfección y ubicarse dentro de la realidad
Desde que somos niños nos pintan una vida de pareja parecida a la de las típicas historias de un cuento de hadas, en la que el final se da cuando la princesa encuentra a su príncipe azul, y después de eso no sabemos más de esa historia de amor, como si luego la vida de los protagonistas fuera perfecta y no necesitáramos saber nada más porque, como dice la trillada frase, «vivieron felices para siempre». Pero la realidad no es como los cuentos de hadas, pues para encontrar a la pareja perfecta influyen muchos factores y requiere de dedicación y trabajo mantenerla, cuando ya se ha encontrado.
Es muy importante una buena elección de la pareja, y con esto no quiero decir que hay que encontrar a la pareja perfecta, pues la perfección no existe, sólo es un ideal, pero sí podemos encontrar a alguien con quien nos sintamos cómodos y amados.
En este proceso de búsqueda de pareja, también es necesario estar conscientes de que nosotros, por naturaleza, no somos perfectos, y eso es justo lo que nos hace humanos, por lo cual debemos de estar muy conscientes de que la perfección no la encontraremos en nadie, pero sí hallaremos muchas cosas positivas que nos pueden gustar, aunque también debemos ser capaces de darnos cuenta de las cosas que no nos gustan de nuestra pareja. Así podremos ser responsables de tomar la decisión que nos sea más conveniente y si decidimos estar con alguien es aceptando sus defectos y sus virtudes, es decir, el paquete completo.
Al buscar a nuestra pareja es importante saber también qué podemos esperar, y no generar expectativas que superen la realidad, por ejemplo, pensar que con alguna persona todos nuestros problemas se acabarán.
Por esto mismo, es importante que trabajemos todos nuestros asuntos personales para no mezclarlo con los asuntos de pareja. Así, tendremos más claras las cosas y, sobre todo, nuestros sentimientos y no mezclaremos nuestros complejos y necesidades personales con la cuestión de pareja porque, entonces, podemos parecer exigentes.
Elegir bien sólo es una primera parte; la segunda es hacer que la relación funcione, y eso es trabajo de ambos. Como cualquier cosa, mantener algo requiere mucho esfuerzo, y mantener en buenas condiciones una relación, también. Es un esfuerzo continuo de ambos.
En conclusión, con tener a la pareja perfecta no es suficiente, tenemos que esforzarnos día a día para que la relación siga funcionando y ambas personas la puedan disfrutar.