La fe por la imagen de la Divina Pastora es emanada desde los corazones de cada uno de los feligreses, aún más, en los habitantes del pueblo de Santa Rosa, quienes se preparan junto a los párrocos para brindarle una calurosa bienvenida.
Con globos azules y blancos, cánticos, plegarías y serenatas; cientos de devotos manifestarán todo su amor entrañable durante el regreso de la Divina Pastora al pueblo de Santa Rosa, luego de recorrer en 70 días un total de 52 parroquias, una vicaría y tres iglesias filiales de la ciudad de Barquisimeto.
La sagrada imagen partirá el próximo sábado a las cuatro de la tarde desde la Iglesia de la Consolación, ubicada en la avenida Francia de la Urbanización Santa Elena y será recibida por los pobladores en el perímetro de Santa Rosa, específicamente en la avenida Lara frente a la urbanización Monte Real. Tendrá como destino final su santuario.
Cabe resaltar, que el momento más emotivo de la procesión, es cuando la sagrada imagen ingresa a la parroquia y se encuentra con la Virgen Santa Rosa de Lima. Ambas imágenes danzan con alegría al unísono de los cantos marianos.
A las 6 de la tarde, se celebrará la eucaristía de bienvenida auspiciada por el arzobispo de la Arquidiócesis de Barquisimeto, Antonio José López Castillo, luego se procederá a un pequeño homenaje musical brindado por los feligreses. Al culminar todas las actividades, la imagen será colocada en su nicho ubicado en el interior del templo.
Habitantes de Santa Rosa, inician preparativos para recibir a la sagrada imagen. La tradición se ha marcado en cada uno de sus corazones que engalanan sus hogares de colores marianos.
Cantos en alabanza salen de propios y visitantes que saludan a la Virgen con fervor, a su vez, que en conversaciones personales y divinas entregan cada una de sus peticiones.
La particularidad en este año, se debe por la designación del nuevo papa Francisco, quien es el primer latinoamericano en ostentar el mando de la Iglesia Católica. Por lo tanto, será una doble celebración.
Ataviada de color salmón
Uno de los atractivos más esperados por los feligreses, es el vestido de la imagen bendita de la Virgen, que debe lucir impecable.
La firmeza en los detalles y la perfección de sus bordes, hacen la expresión del manto divino que evoca la Madre Celeste.
La Excelsa patrona lucirá un vestido de tela tafetán color salmón, con una falda de seda lisa del mismo color pero con un tono más claro.
La confección del vestido estuvo a cargo de la señora María Leonor de Giménez en compañía de María González, quienes manifestaron a EL IMPULSO que la confección de este vestido es un regalo y una bendición de Dios.
Fotos: Archivo/ Jairo Nieto
