Para nadie es un secreto que el golf es un deporte exclusivo para determinado sector de la sociedad, en primer lugar porque no hay en cualquier parte un fairway o campo con verde green (grama), su tee o punto de partida, o las rough o trampas de césped, arena o lagunas.
Llegar a practicar ese deporte no es nada fácil para cualquiera pues primero es necesario formar parte de un club con cierto rasgo social.
En los barrios sólo saben de golf cuando el nombre de un venezolano destaca en los periódicos por logros en el exterior, o porque vecinos de algunos campos se desempeñan como caddies.
Pero en un sector de Yaritagua, al este, en el sector Nueva Esperanza, cerca de La Sabanita, gracias a Honorio Pérez, quien hace unos años se desempeñó como cargador de palos en el golf club de Barquisimeto.
Aprovechando un terreno descampado ha logrado reunir un grupo de unos 15 muchachos de la zona interesados en aprender la forma de lucirse haciendo swing con el correspondiente palo para llevar la bolita hasta un imaginario hoyo marcado apenas por una banderita blanca.
Son niños carentes de recursos para disponer de spikes, gorras o de caddies, pero con mucha disposición para pasar horas practicando ante las instrucciones de Honorio, sin importarles los rayos solares.
“Ellos se emocionan cuando vienen a practicar, cuando hacen swing y van a ver lo cerca que ha quedado la pelotica del hoyo imaginario”, dice Honorio, quien tampoco luce como un profesional pues, igual que sus alumnos, por spikes dispone apenas de chancletas de goma y ni siquiera se protege con una franela o camisa.
Joander, Jhon y Pedro participaban en la práctica cuando llegamos los periodistas y aclaran que son estudiantes y en sus ratos libres llegan al terreno donde ya los espera Honorio con los implementos, en este caso unos pocos palos.
Cree que el golf sí puede llegar a las clases más desposeídas si son acondicionados espacios para las prácticas que, sin lugar a dudas, atraerán a más niños o jóvenes atraídos por un deporte que hasta ahora les ha sido vedado.
Por ahora aspira que el terreno que han convertido en su fairway sea acondicionado algo para que el desplazamiento de él y sus alumnos sea más cómodo y no como ahora que presenta muchos obstáculos.
Fotos: Jairo Nieto