Ayer un equipo de EL IMPULSO efectuó un recorrido por el bulevar de la 20, en el centro de Barquisimeto, para conocer cómo los dueños de diversos establecimientos comerciales se están preparando para ajustarse a la reducción de la jornada laboral que se estipula en el nueva Ley Orgánica del Trabajo, la cual entrará en vigencia a partir del próximo primero de mayo en todo el país.
Se visitó un total de cinco locales, entre ello una zapatería, un establecimiento de venta de ropa, otro de venta de telas, una quincallería y una papelería, y en todos, a excepción de uno, se aseguró a este medio que ya se había hablado con los empleados para llegar a un acuerdo sobre cuáles días tomaría cada grupo. Asimismo, algunos de los patrones confesaron que en el futuro se contemplaría la contratación de personal adicional, aunque no necesariamente a partir de mayo.
En el caso del almacén de telas, la gerente del establecimiento informó que ya habían recibido la visita de un representante del Ministerio del Trabajo para conocer con precisión la manera más adecuada de aplicar el nuevo horario. Destacó, además, que apoyaba la medida, pues le permitiría a ella y otros de los empleados, disfrutar más con sus familias e incluso poder dedicarle tiempo a actividades educativas que había pospuesto.
«Entiendo que algunas tiendas planean, a partir del primero de mayo, o abrir una hora más tarde o cerrar una hora más temprano, con el fin de ajustarse mejor a la jornada de ocho horas diarias, que en la mayoría de los casos ya se cumple», precisó. El encargado de la zapatería, por su parte, mostró una copia del documento que envió al Ministerio del Trabajo, en el que definió, junto a sus trabajadores, la nueva jornada laboral. «Estoy seguro que no tendré que contratar más empleados. En el caso de los centros comerciales es diferente, pues ahí se abre todos los días y se verán obligados a aumentar el número de trabajadores, para cumplir con el máximo de 40 horas laborales por semana», acotó.
En la quincallería, fue posible hablar con algunos empleados que apoyan la medida, pues por el momento sólo reciben medio día libre por semana, y por ley, el domingo. Aunque también trabajan ese día en ciertas épocas del año, como Semana Santa. Al mismo tiempo, dijeron no sentir temor por la reducción de la jornada, pues están seguros de que no repercutirá en sus beneficios salariales. Por último, el dueño de la papelería confesó no haberse preparado aún para el ajuste, añadiendo que el gobierno busca obligar a los comerciantes a contratar más empleados, pero varios negocios sólo cerrarán un día más con el mismo personal.