La intercomunal Barquisimeto-Duaca es una de las vías más importantes de la ciudad, que comunica con el norte y llega hasta el municipio Crespo. Presenta daños de principio a fin y pone en riesgo a las personas que circulan a diario por ahí.
Se trata de una queja colectiva que a pesar de ser manifestada ante los organismos correspondientes continúa arruinando la apariencia de Barquisimeto.
Desde el antiguo elevado de Pate e’ Palo hasta la entrada de Duaca, son incontables los obstáculos formados sobre el pavimento.
“Desde hace un año está un enorme hueco en la entrada de la comunidad: nos hace falta de todo pero son las vías dañadas lo que más preocupa, sobre todo, por los accidentes de tránsito que generalmente ocurren en esta ruta”.
Así lo expuso Virginia Virgüez, habitante del sector La Cañada, colindante con la intercomunal. Es una deficiencia que sólo con el apoyo de las autoridades del municipio podría solventarse lo más pronto posible.
De allí que los vecinos soliciten la colaboración de la Empresa Municipal de Infraestructura y Conservación del Ambiente (Emica), a fin de que ejecuten el plan Asfalto Parejo, promovido por la Alcaldía de Iribarren desde el año pasado .
Si bien las parroquias El Cují y Tamaca, en algunos sectores recibieron el operativo que preside la alcaldesa Amalia Sáez, la vía pirncipal sigue desasistida, al igual que muchas comunidades colindantes con el camino que posee cuatro canales de circulación.
Descontrol
No hay forma de organizar a los conductores que utilizan la intercomunal Barquisimeto-Duaca. Aunque en primeras horas de la mañana, funciona el canal contraflujo, para aliviar las colas kilométricas de vehículos que se dirigen hacia el centro de la ciudad, el resto de la jornada está marcado por el caos.
Desde “rapiditos” a toda velocidad hasta motorizados que no respetan señalizaciones ni conocen de prudencia al momento de manejar, atentan contra la integridad de las personas que viajan en carros particulares o colectivos, cuando se disponen a ir al sitio de trabajo o regresan a casa.
En este sentido, los vecinos de las parroquias El Cují y Tamaca, proponen la presencia de funcionarios de Tránsito Terrestre a lo largo del día. De funcionar un control vial estricto, seguramente, disminuirían los accidentes frente al volante, así como los arrollamientos de personas y animales.
A propósito de los “rapiditos” o carros por puesto, es necesario revisar las condiciones de los vehículos.
Los usuarios explican que los carros tienen “los cauchos lisos”, como dijo la vecina de Carorita, Lisbet Pérez, al referirse al caótico estado de ciertos automotores.
Basurero
Por otro lado, en la entrada de San Jacinto, está la basura acumulada en las aceras y parada del autobús como consecuencia de las fallas en la recolección de desechos.
Moscas, zancudos y roedores, proliferan en el lugar, afectando la salud de los residentes, los mismos que solictan al Instituto Municipal del Aseo Urbano (Imaubar) una pronta asistencia, de lo contrario, la insalubridad continuará dañando el ambiente.
Incluso, personas de otras comunidades, tienen por vertedero ese lugar donde la contaminación está a simple vista.