Un estruendo estremeció a la comunidad educativa del Centro de Educación Inicial Pedro León Torres durante la mañana del miércoles, originado por el derrumbe de un tramo de la pared que colinda con el Cementerio Municipal Bella Vista.
Al principio, pensaron que se trataba de un accidente de tránsito debido a la intensidad del sonido, pero segundos después se percataron de la caída de la pared, que afectó uno de los salones de clases. Los niños del aula salieron corriendo asustados.
Por fortuna, eran las 8:30 de la mañana y ningún miembro de la comunidad resultó afectado. Sólo hubo pérdida material que se suma a los materiales didácticos, musicales, deportivos y de limpieza que fueron hurtados el fin de semana, por parte de malhechores que irrumpen en el plantel desde el cementerio.
“Con frecuencia somos visitados por los ‘amigos de lo ajeno’ y el fin de semana pasado no escapamos a esa realidad, por ello pensamos que estas personas debilitaron las bases de ese pedazo de pared y eso se sumó a la lluvia que cayó en la madrugada”, expresó la subdirectora encargada, María Teresa Meléndez.
Durante el hurto fue levantado parte del techo de zinc del salón cercano a la pared que se desplomó. “Se llevaron una carrucha pesada que seguramente pasaron por encima de esa pared”.
El susto por lo ocurrido fue grande y dado que los niños ya se encontraban en clases, no pudieron ser devueltos a sus hogares. Las actividades continuaron durante la mañana, aunque los docentes manifestaron que no están dispuestos a continuar sus labores mientras exista en el plantel la inseguridad acrecentada por la pérdida de la cerca perimetral.
Además de la fractura de la pared del salón cercano, el incidente trajo la proliferación de los malos olores concentrados en el cementerio.
Problema de vieja data
La pared que colinda con el cementerio presenta problemas desde hace varios años.
En el 2005 se cayó un primer tramo que hasta la fecha no ha sido reparado. En esa ocasión, el personal institucional resolvió el incidente al colocar tapas de zinc y otros objetos que sirven para tapar el hueco.
Sin embargo, en esta ocasión no piensan repetir esa acción pues consideran injusto el hecho de no haber sido tomados en cuenta por la Dirección General Sectorial de Educación, ente regional al que pertenecen, ni por la Alcaldía de Iribarren, despacho responsable de la administración del cementerio y por ende de la pared perimetral afectada.
“Tenemos las bases para una nueva construcción y lo único que pedimos es colaboración de parte de las instancias competentes, para que por favor dejen de lado la política… porque hasta ahora, en la Alcaldía dicen que no me hacen la pared porque somos un plantel estadal y la Gobernación dice que la pared debe derrumbarse por completo para hacer una nueva”.
La subdirectora acotó que cuentan además con el ofrecimiento de parte un pastor evangélico para la instalación de un cerco eléctrico, que propicie la paz institucional frente a los robos.
A las 10:30 de la mañana, el plantel no había sido visitado por ningún funcionario, pese a que el personal conversó con el director de Educación Mauro Ballestero. “La sugerencia fue trasladar a los niños a una iglesia, pero consideramos que esa no es la solución”.