En la calle 30 con carrera 28 continúa el caos vial que dejó Hidrolara después de efectuar una reparación en el colector.
Eneida Savarce, vecina, explicó que una vez arregladas las cloacas, el pavimento quedó destrozado y son incontables los problemas generados a los chóferes.
El tramo afectado está a pocos metros de la Comandancia de Policía del estado Lara; es una dirección muy visitada no sólo por los funcionarios con sus patrullas, sino por familiares de detenidos y vecinos de la zona. El paso constante de los vehículos, sin duda, ha empeorado las condiciones del asfalto.
Varios huecos son motivo de largas colas en las horas “picos” y también el principal causante de los desperfectos en las unidades automotoras: el tren delantero, neumáticos y demás piezas mecánicas resultan afectadas, en mayor o menor grado, por los cráteres en la vía.
“Nosotros exhortamos a la cuadrilla de Hidrolara para que arreglaran el asfalto pero no hicieron caso; los huecos están más grandes y hay quejas de todas partes: policías y vecinos. La Alcaldía de Iribarren, a cargo de la vialidad en la ciudad, tampoco quiere correr con los gastos en el bacheo porque fue la hidrológica la culpable del daño”, expuso.
Lo más delicado del asunto es que todavía existen pequeñas filtraciones tanto de aguas blancas como de líquidos putrefactos que se acumulan en los huecos. Mientras tanto, los conductores utilizan la carrera 30 para llegar hasta la estación policial y Catedral de Barquisimeto, colapsando en horas de la tarde, a los vecinos que residen en ese tramo.
