Los cardenales se reúnen por última vez este lunes antes de encerrarse el martes en la Capilla Sixtina para empezar el cónclave y elegir al sucesor de Benedicto XVI, en medio de rumores y pronósticos sobre quién será el próximo Papa.
En estas “congregaciones generales”, que empezaron hace una semana, los cardenales intentaron esbozar el perfil del hombre que asumirá las riendas de una Iglesia en crisis, confrontada a la secularización de Occidente y a denuncias de corrupción y de encubrimiento de abusos sexuales a menores.
Aunque no hay favoritos claros, algunos nombres cobraron fuerza en las últimas horas para ocupar el trono de Pedro, entre ellos el del cardenal brasileño Odilo Scherer, de 63 años, que el domingo celebró una misa muy mediática en la pequeña iglesia romana de San Andrés del Quirinal.
También están en boca de vaticanistas y expertos los nombres del italiano Angelo Scola, arzobispo de Milán, de 72 años, el del estadounidense Timothy Dollan, arzobispo de Nueva York, o del canadiense Marc Ouellet, exarzobispo de Quebec, de 67 años, un gran conocedor de América Latina.
Sea quien sea, el elegido deberá ser a la vez un administrador, un políglota, un hombre carismático y un pastor, capaz además de responder a las acusaciones de corrupción de la curia (el gobierno de la iglesia) tras el escándalo “Vatileaks”, de filtración de papeles secretos y de blanqueo de dinero.
Además, por primera vez en la historia moderna deberá convivir con un Papa emérito, a raíz de la renuncia de Benedicto XVI, que alegó “falta de fuerzas”, tras ocho años de pontificado.
El futuro de la Iglesia católica está en manos de los 115 “príncipes de la Iglesia” con derecho a voto (por tener menos de 80 años), mayoritariamente conservadores, de los que 60 son europeos (28 italianos), 19 latinoamericanos, 14 norteamericanos, 11 africanos, 10 asiáticos y uno australiano.
Un ritual minucioso
Los cardenales se trasladarán el martes, a partir de las 07h00 (06h00 GMT) a la Casa de Santa Marta, su residencia durante el cónclave. A las 10h00 tendrá lugar la misa “Pro eligendo Romano Pontifice”, presidida por Angelo Sodano.
A las 15h45 los cardenales, vestidos de rojo, se desplazarán a la Capilla Paolina y de allí, en procesión, hacia la la Capilla Sixtina. A las 16h45 en punto pronunciarán el juramento solemne de secreto, al que sigue el “Extra Omnes” («Fuera todos»), las palabras con las que el maestro de ceremonias ordena a todas las personas ajenas al ritual a abandonar el lugar.
Tras escuchar la meditación del cardenal Prosper Grech, los purpurados procederán a la primera y única votación del primer día de cónclave.
Al igual que los cardenales, el personal auxiliar jurará solemnemente este lunes guardar secreto sobre todo lo que oigan durante las deliberaciones.
A partir del segundo día, los purpurados votarán dos veces por la mañana y dos veces por la tarde. Si no se alcanza un acuerdo, las papeletas se queman en una estufa instalada en la misma capilla y la chimenea desprende humo negro.
Si el resultado es positivo, la chimenea desprenderá humo blanco, lo que anunciará la elección de un nuevo Papa. En ese momento las campanas de la Basílica de San Pedro y de toda Roma empezarán a redoblar.
Desde la aparición de la llamada fumata blanca hasta el anuncio de la elección por parte del cardenal protodiácono (actualmente el francés Jean-Louis Tauran) desde el balcón del Palacio Apostólico, transcurrirán alrededor de 40 minutos, el tiempo para el elegido de asumir la carga y vestirse con la sotana blanca.
El Vaticano ya ha anunciado que tendrá permanentemente una cámara enfocando la chimenea para que millones de personas en todo el mundo puedan ver en directo el anuncio de la elección.