#Opinión: Venezuela importa agua de río a dólares preferenciales Por: Jorge Euclides Ramírez

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Rodrigo Campeador Agudo de estirpe tocuyana y gran merecedor de escudos de la heráldica caroreña, posgraduado de doctor en gerencia y planificación luego de ser honorífico egresado en ingeniería química, es infaltable conferencista en las Jornadas de Producción de Asocrica.

Este año disertó sobre Mercosur y las complejidades de integración económica que este sistema contiene. El Mercado común de los países sudamericanos, Mercosur, no tiene para el sector lechero venezolano una gran significación porque entre nuestro país y las zonas productoras existe una distancia insalvable para comercializar leche fresca. Aunque a esta consideración hay que colocarle como una excepción la importación que hace Venezuela de leche UTH (de larga duración), lo cual no es otra cosa que importar agua de río de países hermanos con un dólar preferencial, constituyendo una competencia absolutamente desleal con ganaderos elites en producción de leche, como por ejemplo los socios de Colaca.

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En su conferencia el doctor Rodrigo Agudo, reconocido por la Fepale como uno de los mas calificados expertos venezolanos en materia lechera, afirmó que según estadísticas confiables manejadas por los agentes involucrados en el circuito lácteo, en Venezuela se producen mil cuatrocientos cincuenta millones de litros de leche al año, como máximo, lo cual desdice de manera categórica la cifra ofrecida por el gobierno nacional de mas del doble.

Para el muy calificado especialista las cuentas de producción de carne y leche están perfectamente relacionadas, de allí que teniendo las cifras de un rubro se pueden calcular las del otro, sencillamente porque las vacas como toda hembra mamífera solamente da leche cuando esta criando. Así al sacar las cuentas de parición se sabe cuantas vacas entran a producir leche, y luego al restarle los machos tenemos las hembras que pasan a conformar el pie de cría.

En Venezuela el porcentaje de parición apenas si alcanza el 45 por ciento, por poner un tope, lo cual nos indica que con mucho este índice permite que se mantenga nuestro rebaño bovino en las doce millones de cabezas, sin posibilidad de crecimiento. Debemos enfatizar que esta cifra no ha tenido modificaciones positivas a lo largo de los últimos cincuenta años. Dentro de este panorama de estancamiento o retroceso productivo es que Venezuela entra a formar parte del sistema económico de Mercosur, el cual agrupa a países que ocupan lugares protagónicos en la lista de las grandes potencias agropecuarias del planeta.

Concretamente en el sector lechero no debemos tener preocupaciones extremas porque traer leche fresca desde miles de kilómetros de distancia no es viable desde ningún punto de vista, aunque para el libro de casos insólitos vemos como actualmente se importa leche de larga duración, cuando este segmento de mercado está bien abastecido por ganaderos y empresas venezolanas. Es lógico y necesario que importemos leche en polvo porque en Venezuela tenemos un déficit importante y esta modalidad se ha instituido como un hábito de consumo, sobre todo en las clases populares. Pero es absurdo que se traiga leche líquida ya que lo que estamos trayendo es 98 por ciento de agua, agua de los ríos de países vecinos que sacia la sed de las vacas que producen la leche que traemos. Y mas absurdo todavía es que se importa esa leche liquida con dólares preferenciales.

Pero en la medida que el dólar tome su valor real de intercambio estas importaciones desaparecerán al desaparecer las abultadas ganancias que tienen ahora los beneficiarios de las licencias de importación. Nuestro problema, al margen de Mercosur, es que debemos producir leche internamente para el autoabastecimiento. Esa posibilidad la tenemos en la cuenca que conforman el Sur del Lago y Perija, zona compartida por Venezuela y Colombia. Allí esta la verdadera integración, con el hermano país neogranadino, con quienes tenemos lazos históricos, sociales, económicos y ganaderos. Si allí incorporamos a la Raza Carora como plataforma de mestizaje podemos generar un auge en la producción lechera para abastecer las necesidades de consumo de toda Venezuela. Ese es nuestro reto para la integración productiva. Así termino su brillante conferencia el doctor Rodrigo Campeador Agudo, de estirpe tocuyana y pasaporte caroreño.

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