Luego de las declaraciones del arzobispo de Barquisimeto, monseñor Antonio López Castillo, acerca de un procedimiento administrativo en contra del padre Ángel Castillo, párroco de la iglesia Catedral, ante unas denuncias de presunto acoso sexual, el sacerdote diocesano respondió con estos argumentos.
“Lamento mucho la declaración del señor Arzobispo por cuanto constituye una desobediencia a las normas procesales de la Iglesia Católica”. Informó también que fue a finales del mes de enero de este año, cuando le notificó el obispo que debía separarse del cargo. Expresó, de manera contundente, que dichas denuncias son falsas.
“Cuando tuve conocimiento de esas falsas acusaciones, acudí al Ministerio Público y solicité se abriera una investigación penal por imputación pública y, desde ese momento, hay una causa penal en curso, solicitada por mí, para que a través de esta institución se determine la verdad y se establezcan las responsabilidades que del resultado de dichas investigaciones se deriven”, acotó.
Asimismo, recordó que tiene más de 15 años al servicio de la Iglesia mediante el sacerdocio y asegura que su vocación de servir al Señor se mantiene intacta, fortalecida, por pura misericordia divina. “Siempre he sido un hombre fiel a Jesucristo y a su Iglesia. He obedecido siempre lo que manda la santa madre Iglesia y, prueba de ello, es que he obedecido todas las medidas cautelares que me han sido impuestas, entre las cuales está el separarme temporalmente de mi cargo de párroco del Sagrario de Catedral.
Al finalizar el procedimiento, cuando se verifique la falsedad de las acusaciones, cesarán las medidas cautelares y volveré a ejercer el oficio de párroco”, sostuvo el ministro de Dios, quien además aprovechó la oportunidad de exhortar a la feligresía, familiares y amigos a objeto de que eleven sus oraciones al Padre, Hijo y Espíritu Santo “para que se alejen de la Iglesia actitudes no piadosas y se ponga en evidencia la verdad de los corazones”.
La Congregación para la Doctrina de la Fe, en Roma-Italia, está al frente del caso del padre Ángel Castillo, quien a los inicios de su servicio sacerdotal sirvió en la población de San Miguel, en el municipio Jiménez.
Al final, el padre Ángel Castillo, explicó que no podrá dar más declaraciones hasta tanto haya culminado el proceso legal y administrativo.
“Persona respetable”
Por su parte, María Cáceres, una de las servidoras de la parroquia Catedral, junto a una comisión que acompañó al padre Ángel Castillo en una visita por los medios de comunicación, comunicó el sentir de los feligreses.
Explicó que el sentido humanitario y servicio social con el prójimo, serían una de las principales bondades o virtudes del sacerdote oriundo de Acarigua, estado Portuguesa.
Al igual que el padre Castillo, pidió a sus compañeros de la iglesia central de la Arquidiócesis de Barquisimeto, “para que sigamos orando y ya Dios se encargará de hacer justicia, así como las instancias legales para demostrar la inocencia de nuestro sacerdote”.