#Opinión: Respeto y responsabilidad Por: Ramón Guillermo Aveledo

A los familiares del Presidente, a sus compañeros y a muchos venezolanos que pusieron sus esperanzas en su liderazgo, una palabra clara de respeto y de comprensión de sus sentimientos. Las diferencias de fondo que con las políticas del gobierno hemos tenido y tenemos, no pueden llevarnos, no deben llevarnos, ni nos llevan, a confundir los planos y a prescindir de la dimensión humana. En esa dimensión, tan vapuleada por la crispación, pueden estar las claves para reconstruir un país que sea de todos. Y eso lo digo con sinceridad, porque lo cortés no quita lo valiente.
El mensaje de la Mesa de la Unidad Democrática con motivo del anuncio del deceso del Presidente de la República, expresado la misma noche del 5 de marzo por Henrique Capriles Radonski, acompañado de los dirigentes de los partidos que integran esta amplia alianza, refleja la visión del país que tiene la alternativa democrática y el papel que está dispuesta a cumplir en la construcción del futuro que queremos para Venezuela.
El de la Unidad fue un mensaje desde el respeto y la responsabilidad. Para dejar bien claro que esta no es la hora de la diferencia, es la hora de la unión. La mayoría abrumadora de los venezolanos lo que queremos es un país donde todos podamos vivir y progresar en paz. Esa mayoría cruza los linderos de la polarización, y quien incurra en un lenguaje o unos actos que atenten contra la convivencia, no solo agrede a los  de visión divergente de la suya, sino a buena parte de quienes se ubican en su mismo lado. Es el caso de las lamentables declaraciones del Ministro de la Defensa, un atentado directo al clima de respeto que para beneplácito de todos los venezolanos, intentamos generar. Más que lamentables, las palabras del almirante son inaceptables, por falsas y por contrarias a la Constitución. Nada que ver con la Fuerza Armada, su función constitucional y su tradición.
Si hasta el Vicepresidente encargado de la Presidencia ha reconocido los positivo del mensaje de la Mesa de la Unidad, ¿qué motiva al ministro a una provocación tan obvia y, discúlpeme lo explícito, tan grosera? ¿qué pensarán de ese desplante los gobernantes visitantes?
Al proceder de ese modo en momento de tanta significación, la MUD intenta, como dice su texto, enviar “un mensaje desde la responsabilidad ante Venezuela entera, más allá de diferencias de cualquier tipo. De responsabilidad con todas las familias, con todos los hogares. De responsabilidad con los que sufren y con los que han sufrido, con los que esperan, con los que sueñan, con los inconformes.”
La Conferencia Episcopal Venezolana, con su sereno magisterio que siempre es fuente de orientaciones, ha invitado “a todo el pueblo de Venezuela a mantener una actitud de consideración y respeto por el difunto Presidente y a conservar, entre todos, la calma y la paz.” Ese bien preciado nos permitiría, si tenemos el acierto de encaminarnos en él, afrontar exitosamente con todas las fuerzas que la nación puede acopiar, los delicados problemas económicos y sociales que puedan presentarse, así como los políticos frecuentemente complejos que derivan de una situación transicional.