El vicepresidente Nicolás Maduro tomó posesión este viernes como «presidente encargado» de Venezuela hasta que se celebren nuevas elecciones tras la muerte de Hugo Chávez, investidura que la oposición denunció como inconstitucional y «fraudulenta».
Maduro fue juramentado por el presidente de la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral), Diosdado Cabello, y tras prometer «la lealtad más absoluta» a Chávez, pidió al poder electoral que convoque «inmediatamente» elecciones y nombró vicepresidente al ministro de Ciencia y yerno del fallecido líder, Jorge Arreaza.
«Juro a nombre de la lealtad más absoluta al comandante Hugo Chávez que cumpliremos, que haremos cumplir esta Constitución bolivariana con la mano dura de un pueblo dispuesto a ser libre. ¡Lo juro!», dijo Maduro, que será el candidato chavista a las eleciones.
«Lo juro a nombre de la lealtad absoluta a un pueblo dispuesto a ser libre, lo juro», añadió Maduro, que sostuvo todo el tiempo un pequeño ejemplar de la Constitución en su mano derecha, mientras Cabello sostenía otro en su mano izquierda.
En el acto estuvieron presentes los presidentes ecuatoriano Rafael Correa, y de Guyana Donald Rabindranauth Ramotarlos, los ex mandatarios de Paraguay, Fernando Lugo, y de Honduras, Manuel Zelaya, entre otros.
Además, acudió el alto mando militar venezolano, al que Maduro se dirigió prometiendo que al continuar el proyecto de Chávez mantendrá también la «unión cívico-militar».
Al comenzar su discurso, ya con la banda tricolor en el pecho y el collar de la órden del Libertador al cuello, Maduro, de 50 años, que llegó al hemiciclo acompañado de su mujer, la procuradora general Cilia Flores, dijo: «Perdonen nuestro dolor y nuestras lágrimas, pero esta presidencia le pertenece a nuestro comandante»
«Es un momento que ninguno de nosotros hubiese querido vivir», destacó Cabello, que también aseguró que está «clarito» que esta toma de posesión es «constitucional» y «apegada a derecho».
Sólo unos pocos diputados opositores asistieron al acto que tuvo lugar en la sede de la Asamblea Nacional, luego de que horas antes la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) lo considerara inconstitucional.
El líder opositor Henrique Capriles dijo esta misma noche que la «juramentación es espuria» y «fraudulenta» porque a Maduro «nadie lo ha elegido presidente», asegurando que la oposición no está dispuesta a tolerar «abusos de poder».
El líder opositor cargó contra una sentencia emitida este viernes por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que avala que Maduro se convierta en presidente encargado mientras se convocan a elecciones en 30 días tras la muerte de Chávez y que le permite ejercer como jefe de estado mientras hace campaña para las venideras presidenciales.
En la sentencia, que interpreta el artículo 233 de la Constitución sobre la «falta absoluta» de un presidente, el TSJ establece que el vicepresidente «deviene Presidente Encargado y cesa en el ejercicio de su cargo anterior», y que en su condición de «presidente encargado ejerce todas las atribuciones constitucionales y legales como Jefe del Estado».
«Es un vicepresidente que se encarga de la presidencia, no es un presidente encargado», denunció Capriles, también interpretando la Constitución.
Según el artículo 233 de la Constitución, si la «falta absoluta» del presidente «se produce durante los primeros cuatro años del período constitucional, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo presidente o la nueva presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el vicepresidente».
Maduro saludó durante su discurso a los opositores que acudieron y dijo además que escuchará «todas las opiniones», asegurando que «esa reacción tempranera desesperada de algunos no contribuye con la paz de este país».
Además, y justo luego de anunciar que pidió al Consejo Nacional Electoral que convocara «inmediatamente» a elecciones presidenciales, Maduro recomendó a la oposición presentar un candidato a los comicios porque no hacerlo «sería un gravísimo error».
Decenas de personas presentes en la sala de sesiones parlamentaria gritaban durante el acto: «Chávez lo dijo y lo dijo duro, el presidente es Maduro» o «Chávez, te lo juro, mi voto es por Maduro».
Antes de partir a La Habana para su cuarta cirugía contra el cáncer, Chávez nombró a Maduro su heredero político y pidió a los venezolanos que votaran por él si quedaba inhabilitado para gobernar.
Maduro, por su parte, dijo que el oficialismo está listo para ir a elecciones en cualquier momento y al cierre de su discurso anunció: «Desde ya nos vamos para la calle, a construir la fuerza que dé continuidad a esta revolución socialista del siglo XXI».
Para confirmar su compromiso, Maduro protagonizó al final de la noche -y junto al gabinete- una toma de posesión simbólica ante los restos de Chávez, en la que juraron ser «leales» al proyecto del mandatario.
Maduro también juramentó a Arreaza como vicepresidente ante el ataúd del fallecido líder.